La noticia de este miércoles 14 de febrero fue la condena en primera instancia contra el exgobernador del Cesar, Luis Alberto Monsalvo, por actos de corrupción que se registraron en la contratación del Programa de Alimentación Escolar, PAE, del 2015. Advertimos que es una condena en primera instancia que podría ser confirmada o desestimada por la segunda dentro de la misma Corte.
Las irregularidades están detalladas en nuestras páginas del periódico impreso y en la web, y muestran cómo se afectó la transparencia dentro de la licitación pública, expuestas en acusación de la Fiscalía General de La Nación. Surge unos días después de que, también en nuestras páginas, informáramos que para el bienio 2023-2024, las instituciones públicas del departamento del Cesar tienen 1,15 billones de regalías.
Estudios e investigaciones han concluido que en el Cesar no se han invertido con prioridad y planeación los recursos, por eso, las cifras claves socioeconómicas no registran avances. Mientras en Colombia, en los últimos 15 años, la ‘pobreza monetaria’ tuvo una reducción de casi 20 puntos porcentuales, en el Cesar las cifras permanecen iguales. No hubo avance en la generación de recursos. Se podrá aducir que hay obras materiales y físicas a la vista en superficie; las hay buenas, otras incompletas o innecesarias de todo tipo. No obstante, de las enterradas en acueductos y alcantarillados habría mayores dudas. Eso que se denominaría bienes públicos tangibles no están dejando huella en un proyecto de vida, empleos e ingresos a la comunidad y a los pueblos del Cesar. No son de aquellos proyectos productivos generadores de riqueza y empleo que están debidamente caracterizados y se vienen ejecutando, pero son pocos. Eso es lo que detecta el indicador de ‘pobreza monetaria’, los ingresos. Hemos dicho que el cesarense tiene más parques, canchas, mejores colegios, mejores vías, plazas de mercado, centros de salud o auditorios culturales, pero no suficiente dinero en el bolsillo o en la cuenta de ahorros.
El carbón es finito, es un recurso no renovable, y entrará en decadencia en el futuro por los acuerdos climáticos que han firmado los países, lo que impactará directamente los recursos que recibe el departamento del Cesar.
La clase política que gobierna el Cesar, que va desde los concejales y alcaldes, hasta la gobernadora y los congresistas, deben practicar la mejor forma de invertir y manejar los recursos.
Se anuncian grandes inversiones, la falta de transparencia en la contratación, la calidad de los materiales y la creación de monopolios han impedido la redistribución de la riqueza, por eso vemos una sociedad en la que unos pocos parecen haberse usufructuado de los billonarios recursos. Se benefician altos funcionarios y sus familias, y aquellos no familiares que hacen de ‘ayudantes’ o ‘prestanombres’ que -por los grandes negocios- terminan millonarios. Los primeros, multimillonarios.
La sociedad debe dar un paso adelante en el control a los que gobiernan. La democracia no es un simple voto, es participar en la ejecución de los recursos de todos. Porque las obras públicas y los servicios públicos y de la comunidad no son del político de turno.