Varios de los aspirantes a coronarse como rey del verso, participaron ayer en el primer día de las competencias de piqueria, realizadas en el Centro Recreacional La Pedregosa. Allí, los 75 verseadores inscritos, entre ellos, una mujer, se enfrentan en la tarima en la primera ronda eliminatoria, para escoger al nuevo monarca de la improvisación, el sucesor de Julio Cárdenas, ganador del año anterior.
Sin embargo, ante la poca calidad de improvisación y la falta de recursos que puede apreciarse en algunos verseadores, expertos en el tema de la piqueria, donde el arma de los concursantes es su intelecto y sagacidad para enfrentarse con sus contrincantes mediante palabras cantadas que con las notas del acordeón, desafían a responder, expresaron que esta modalidad del Festival ha caído en la rutina y la contienda ya no es su principal característica.
“A través del tiempo nosotros hemos venido haciendo este tipo de críticas y de discusiones, dado que los verseadores se han vuelto muy facilistas. El jurado también ha sido muy permisivo en esta situación, porque que la confrontación, lo que es la esencia de la piqueria ya se perdió”, dijo el periodista Celso Guerra, quien ha seguido de cerca la historia del Festival Vallenato por más de 30 años.
Según Guerra, a lo largo de su experiencia ha sido testigo de la pérdida de la naturaleza propia de esta expresión folclórica que se caracteriza por la agilidad mental para hacer versos ingeniosos, algunas veces burlones y sarcásticos, echando mano a la improvisación para hacer brillar las virtudes personales y de paso, los defectos de los adversarios.
El escritor Jacobo Solano se sumó a esta crítica, resaltando la importancia de impulsar el nuevo talento para retomar la piqueria fresca y rescatar lo tradicional, como la parranda, la confrontación, la composición vallenata, la nota autóctona, que marca el rumbo y da origen al folclor como tal.
“De verdad se nota que la piqueria tradicional se ha perdido. No hay la pelea ni el ‘guiñe’ que se da acá en Valledupar, pero hay que tratar de recuperar es precisamente el espíritu de la piqueria sana, cuando Moralito se enfrentaba con Emiliano, cuando Toño Salas se enfrentaba con su hermano; aunque no había pelea, eran versos donde habían palabras y se dedicaban a versearse toda la noche y no se cansaban”, indicó el escritor.
El pie forzado, una limitante
Según varios expertos en piqueria, la imposición del pie forzado por parte del jurado a los participantes, lejos de cumplir con el objetivo de quitarles el facilismo a los competidores y evitar el uso de los versos hechos, deteriora las cualidades naturales de este tipo de duelos cantados, haciendo que el verseador caiga en la alabanza y en el desuso de la improvisación.
“Algunos conocedores de esto piensan que se deben poner los versos libres y es allí saber cuál es el mejor. Con los versos libres se resalta la verdadera improvisación pero eso ya no se está haciendo y la verdadera piqueria se está perdiendo. Ahora vemos que preparan las cosas, que se alaban el uno al otro; los vemos haciendo versos para Emilianito, un verso para Poncho Zuleta, entonces se dedican es a resaltar las cualidades de ese pie forzado, mas no a picar, mas no a confrontar la piqueria. La contienda, la pelea en este momento prácticamente ha finalizado”, recalcó Celso Guerra.
Por otro lado, Walberto Soto, músico vallenato de profesión y encargado del montaje y funcionamiento del sistema de sonido por más de 20 versiones del Festival de la Leyenda Vallenata, explicó que la imposición del pie forza’o es una de las limitantes por las que la piqueria de antaño ha perdido su calidad, obligando a los verseadores a salir de la ‘riña’, de la pelea propia de esta guerra de versos, del ‘tú a tú’ que naturalmente, decentemente y sin versos ofensivos confronta a los participantes.
“La piqueria es uno de los concursos más importantes en mi concepto y a veces los jurados ponen unos pie forza’o, que aunque no es culpa de los verseadores, los saca del sabor. Se trata de darle oportunidad a las nuevas generaciones pero hay participantes que no se preparan para esto. Lo que necesita la piqueria y lo que urge mejorar es que los jurados se esmeren en que los pie forzao’s obliguen a que los concursantes ‘guerreen’ entre sí, que eso es lo que gusta de la piqueria”.
EL PILÓN consultó a José Atuesta Mindiola, poeta, historiador y gran conocedor del folclor vallenato, quien manifestó que ante la pérdida de las características propias de la piqueria, es válido que haya escuelas de formación de verseadores.
“La piqueria es un diálogo, con respeto y versos, con palabras y respuestas. Ahora evidentemente falta mucho eso. Parece que hubiera un enamoramiento entre los verseadores que se la pasan es alabándose uno al otro, aunque es importante que haya piqueria sin ofensas o palabras agrestes. Para evitar ese extremo, caen el elogio pero los conocedores del tema creemos que tienen que prepararse mejor para esto”, concluyó.
“En cierta manera, la piqueria ha bajado de calidad porque los participantes vienen con versos preparados, no se está dando la pelea que se daba antes, como la de Moralito, del Viejo Sala, de Emiliano”: Jacobo Solano.
Por Daniela Marbello / EL PILÒN
danielamarbello@hotmail.com