En esos casi 2.000 apartamentos de la urbanización Nando Marín y más de 50 torres ha sido un problema la convivencia y la inseguridad y el estigma del resto de la sociedad, en parte, porque son pobres y recibieron sus viviendas gratuitamente.
Pero después de 5 años desde que se recibieron, principalmente por desplazados de la violencia, las cosas tienden a cambiar. Es el cambio con la organización bajo el régimen de propiedad horizontal de una de sus cinco manzanas, que ha demostrado a lo largo del año y en un periodo adverso que sí se puede, que la gente no es insolidaria por naturaleza y que cuando se trabaja en equipo los resultados se ven, como en la manzana de 12 torres, Los Girasoles.
La administradora es Mercy Arias Maestre. Según nota de ayer de nuestra reportera Milagros Sánchez ‘No somos los malos de la ciudad: el estigma que quiere borrar la comunidad de Nando Marín’, afirma: “En todas partes hay delincuencia, la capital del país es muestra de ello. En los barrios altos de Valledupar también existe la delincuencia. Desde Nando Marín le tenemos que decir a todo el Cesar, incluso al país, que no todas las personas somos malas, aquí hay personas preparadas, profesionales, que trabajan para sacar adelante nuestro sector. Esto no es el terror de las comunas, aquí se puede entrar sin miedo y sin temor”.
Indicó que la iniciativa de organizar el encerramiento total de la manzana fue de todos los vecinos en procura de tener más seguridad y saber quién entra y quién sale. El circuito de vigilancia con 16 cámaras y un monitor ha sido su gran aliado.
“Esta es una de las manzanas que está totalmente cerrada, para el portón principal se hizo una rifa con todos los vecinos y así tuvimos los recursos. Tenemos vigilancia comunitaria para tener un control, aquí dentro de la manzana no se ven consumidores de droga, sí tenemos ese flagelo, pero lo hacen por fuera. Tenemos 4 vigilantes comunitarios, con turnos de 12 horas y aparte una persona que monitorea las cámaras; cuando se presenta una dificultad tenemos alarmas comunitarias con botón de pánico, y cuando sucede algo se activa, acudimos al llamado y nos respaldamos los unos a los otros”, explicó Arias Maestre.
Igualmente destacó que al convertirse en propiedad horizontal han ido socializando el manual de convivencia para contrarrestar los problemas entre vecinos, principalmente por el alto volumen de la música durante los fines de semana. También la importancia del autocuidado frente al virus del covid-19: “Gracias a Dios acá no ha fallecido nadie a causa de la pandemia, se ha sabido sobrellevar la situación y muchos se han hecho los tratamientos en casa con plantas medicinales porque no todos tienen cómo acudir a los servicios médicos”.
Es un ejemplo que ahora quieren replicar las otras manzanas de la urbanización. Tienen su parque infantil y salón comunal, para niños y mayores, y su tienda. Así han mejorado su vida mototaxistas, taxistas, empleadas domésticas, vendedores ambulantes, albañiles, etc. Son sencillos pasos que transforman una sociedad. Aplausos.