Lo que inició como un robo más al departamento de La Guajira, otro hecho aislado de corrupción desde la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), con un contrato de $48.000 millones para comprar unos carrotanques que abastecerían de agua a las comunidades más alejadas y que, por cierto, no sirvieron para nada; se ha transformado en una bola de nieve que crece y crece, sin visos de detenerse.
Una tormenta latente y fuera de control que puede arrasar con el gobierno del cambio. Lo que ha destapado el exsubdirector de la UNGRD, Sneyder Pinilla, deja marcado al gobierno Petro e invalida su discurso anticorrupción, ya que, según sus denuncias, desde la misma Presidencia se entregaron sobornos de miles de millones al Congreso, legitimando prácticas que antes criticaban.
¿Cómo se hizo todo? Pinilla detalla que, a través de la Alta Consejera para las Regiones, Sandra Ortiz, le entregaron en Bogotá, 3.000 millones de pesos a un mensajero del presidente del Senado, Iván Name y otros 1.000 millones al presidente de la Cámara, Andrés Calle, en su apartamento en Montería, con el fin de impulsar las reformas del gobierno. Lo que generó que rodaran las primeras cabezas; cuando el presidente Petro sintió que se avecinaba un potente huracán, que nadie vio venir, pidió la renuncia de dos altos funcionarios, la Consejera Sandra Ortiz y el secretario de Transparencia de la Presidencia, Andrés Idarraga. Que sean cargos tan allegados, complica aún más la situación en el Palacio de Nariño y despierta serias dudas sobre la participación del presidente Petro.
Esto apenas comienza, la bola de nieve se agranda y cuanto más crece, más se lleva a su paso. Pinilla promete entregar más información de 16 congresistas y alcaldes que estuvieron metidos en toda esta maraña de corrupción, que evoca la Yidispolitica, cuando el gobierno Uribe compró a Teodolindo Avendaño y a Yidis Medina para aprobar la reelección.
Un gran reto para la Corte Suprema de Justicia y para la Fiscalía General de la Nación que deben brindarle tranquilidad al país. Si la nueva fiscal quiere demostrar independencia, tiene en las manos una oportunidad de oro, evaluar toda la información y decidir si puede entregar un principio de oportunidad a Sneyder Pinilla, quien también fue alcalde de Sabana de Torres, Santander, donde seguramente adelantó su máster en corrupción con el Clan Aguilar y luego con Didier Tavera.
Pero además, falta que hable Olmedo López, el mismo que Gustavo Petro promovía en su campaña al Congreso por el partido Decentes; sí, así mismo, “Decentes” con lo inverosímil que pueda parecer. Torres debe tener mucha más información de este y otros robos más en UNGRD, que estaba tomada por el exalcalde de Medellín Daniel Quintero y los congresistas Julián Bedoya y Carlos Andrés Trujillo.
La Unidad de Gestión del Riesgo resultó ser la caja menor de los políticos, ya que por su objetivo de llegar con inmediatez a los territorios en emergencia, sus procesos son más simples y no siempre necesitan licitación pública; recordemos que el escándalo de “las marionetas” en el Gobierno Duque, también salió de ahí.
El presidente Petro no puede seguir posando de víctima, hablando de golpe blando y pretendiendo eludir su responsabilidad, diciendo que funcionario corrupto que haya en el gobierno, se va; lavarse las manos, es muy fácil, máxime cuando fueron los medios de comunicación que denunciaron los hechos. Presidente, existe una responsabilidad política y es de quien nombra, a usted le corresponde asumir de frente al país lo que está pasando y dejar que las instituciones de justicia se encarguen y que caiga el que tenga que caer. @JACOBOSOLANOC
Por: JACOBO SOLANO C.*