Algo que ha generado mucha satisfacción entre los miembros de esta comunidad es la conclusión de la obra de la carrera 27, la cual además de consolidar una importante vía de acceso para todos los barrios ubicados en el sur de Valledupar también ha mejorado las condiciones de vida de quienes residen en esta zona y ahora cuentan con una ruta que oxigena la circulación.
Aunque en principio los comerciantes ubicados sobre esta avenida lamentaron el desarrollo de este proyecto porque vieron la afectación provocada con el cierre de las vías mientras se ejecutaban los trabajos, hoy han visto cambiar el panorama a su favor.
Idael Pineda, quien administra una farmacia hace tres años en este lugar, me contó que la transformación ha sido notoria y tras los cerca de siete meses que demandó la obra en los cuales notaron la disminución de las ventas, las circunstancias se han revertido.
“Ha mejorado bastante, después de los meses que duró la obra ya se ha reactivado nuevamente y sirve porque hay mucho tránsito”, expresó Pineda. Para él, con esta adecuación se ha dado más vida al sector con la circulación constante de personas, se aumentó el comercio y han logrado mantener aspectos como el de la seguridad, un tema tan sensible, que allí con vigilancia permanente ha tenido una estabilidad que beneficia a quienes ejercen su actividad comercial en la zona.
Hasta el momento, con relación a esta intervención no se ha presentado ninguna clase de trastorno, solo en el principio se rebosaron algunos manjoles por el taponamiento generado con algunos materiales de la obra, pero dicha situación fue solucionada rápidamente.
De momento solo falta, según Pineda, que se concluya un tramo a la altura de los conjuntos de viviendas Nando Marín y Lorenzo Morales. Entre tanto los moradores esperan también que por esta vía circulen más rutas de transporte público porque no son suficientes ni pasan con frecuencia.