Por Sandra Santiago
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El Kennedy, ese popular barrio que tiene un sector llamado el ‘Bolichito’ conformado por talleres de mecánica, no cuenta con un parque. Los más cercanos están en el barrio Sicarare y uno en El Carmen.
Lo que sí tiene el Kennedy es un inmenso predio en el que hace varias décadas funcionó la estación de servicio y taller del antiguo Fondo Nacional de Caminos Vecinales, al que varias veces la comunidad le ha puesto los ojos para que la Gobernación como propietaria del terreno, le construya una zona de recreación con todas las de la ley.
Según los vecinos, varias cartas le han enviado a la Gobernación para tal fin, pero las cosas se han quedado ahí, pues en la realidad, el predio está ocupado por don Abel de Jesús Pérez, un hombre que durante ocho años fue vigilante de la Fiscalía, que funcionó en ese mismo terreno.
Don Abel llegó al lote en diciembre de 2004, cuando él mismo se acercó al gobierno departamental y solicitó que se lo dejaran cuidar, que lo mantendría limpio y que pondría un parqueadero para tener para su sustento.
Cuando la bomba funcionó en el Kennedy le daba vida al sector, pero de ésta solo queda un planchón que da muestra que allí estaban los surtidores de combustible.
Tras la liquidación del Fondo Nacional de Caminos Vecinales, en el predio ubicado entre las calles 19C y 20 A con carrera 6 del Kennedy, funcionó la Fiscalía que guardaba allí todos los elementos, equipos, vehículos, entre otros que decomisaba.
Pero a principio de 2004 y según Abel de Jesús, se marchó y dejó eso solo, el lote se enmontó, se metían los drogadictos, incluso los amigos de lo ajeno se alcanzaron a llevar sanitarios, llaves y parte del techo.
Según el hombre, la comunidad que lo conocía por haber prestado sus servicios como vigilante, le ponía la queja por el estado en que se encontraba.
Tantas quejas lo hicieron reaccionar y se le ocurrió la idea de plantearle al Departamento que lo dejara meter al lote, para cuidarlo y así él poder montar su parqueadero.
“Esto duró desocupado unos ocho meses, la Fiscalía se llevó todo y lo que dejó fue mugre, en el tiempo que demoró solo se llevaron puertas, tres sanitarios, llaves, cableados, láminas, pero como yo duré ocho años trabajando como vigilante, la gente me decía de que se estaban robando el lugar, que los viciosos se metían”, dijo Abel.
Más de 11 millones de pesos adeuda el predio en impuesto predial al Municipio de Valledupar.
Las afirmaciones de Abel son corroboradas por la comunidad, que asegura que en el tiempo que estuvo solo, los drogadictos tenían el lugar de su cuenta.
Ante esto, el hombre, quien ya es un adulto mayor, decidió buscar a uno de los fiscales con los había trabajado y le hizo la propuesta, el funcionario judicial le manifestó según dijo, que fuera a la Gobernación y planteara la idea, que en caso de que necesitara referencias, él lo podía recomendar.
Así lo hizo don Abel, fue hasta la Gobernación, en donde tras dialogar con varios funcionarios, le permitieron quedarse en el predio, “fue un arreglo verbal el que se hizo, porque no hay papel firmado”, manifestó, ese acuerdo que se hizo, le permitió meterse al lote, en donde hoy funciona un parqueadero y algunas veces, él le da la posibilidad a algunos vecinos de arreglar sus carros allí.
Fue en diciembre de 2004, cuando él asegura que la Gobernación le permitió ingresar al predio y echar a rodar su idea; una idea que le costó a su esposa Ana Delia Lara que se le fracturara la columna vertebral, por lo que hoy aunque camina, tras haberse sometido a una cirugía, no puede moverse con facilidad, ni tampoco hacer los oficios del hogar, pese a ello, ella, presta los servicios de vigilancia en el lote, en donde se turna con su esposo.
Recuperación
Mientras Don Abel y su señora explotan el predio a través del parqueadero, la Gobernación del Cesar busca recuperarlo, pues son varios los bienes a los que según funcionarios del ente departamental, se han metido particulares con los que ahora cuesta Dios y ayuda de los jueces para rescatarlos.
“Es que pareciera que están a la espera de que se quede solo para meterse, porque con un solo día que se quede solo, se nos meten”, dijo una fuente que omitió su nombre.
En el caso particular de la estación de servicio del Kennedy y según Abel de Jesús, siendo gobernador Cristian Moreno Panezo, los visitó una funcionaria de la que no recuerda el nombre y les propuso pagarle un sueldo a ambos, pero eso quedó en propuesta.
El año pasado, ya estando en el poder Luis Alberto Monsalvo, los visitó otro funcionario en busca de recuperar el bien.
“De la Gobernación han venido, nosotros no alegamos propiedad sobre el predio, pero sí pedimos que nos paguen las prestaciones, porque yo me asesoré en la Oficina del Trabajo y me dijeron que ellos me tenían que pagar mis honorarios”, argumentó Pérez.
Es así como don Abel pide pago por su trabajo como vigilante durante nueve años, mientras que su esposa, además de liquidación por el tiempo que lleva cuidando el predio y manteniéndolo limpio, exige una indemnización por la fractura en su columna.
Hoy las cosas están en manos de un Juez, que según el asesor Jurídico de la Gobernación, Jaime Luis Fuentes, será quien decida qué camino tomar.
“Cuando la actual administración tomó posesión encontramos que ese predio se encontraba siendo utilizado por un tercero; con el ánimo de recuperarlo nos vimos en la obligación de adelantar una acción reivindicatoria, teniendo en cuenta que para la acción policiva había vencido el término para adelantarla, porque nos dimos cuenta que el señor estaba haciendo posesión del predio hace mucho tiempo”, informó Fuentes.
Según el Asesor Jurídico, no sabe qué honorarios le pueda pagar a don Abel, “no sé como se le puede reconocer, él tendría que justificar un vínculo contractual con la administración como para reconocerle honorarios”.
Fuentes afirmó que será el Tribunal en donde está el proceso, quien decidirá sobre la suerte del predio, proceso dentro del cual será un juez quien determine si deben hacerle algún reconocimiento por mejoras al predio o por celaduría.
Tras mudarse a la estación de servicio, doña Ana Delia mandó a colocar el agua y el gas que figuran a su nombre; su esposo pidió el servicio de energía.
Lo que sí es cierto es que el Departamento está dando la ‘pela’ pues está en la labor de inventariar y recuperar los lotes de su propiedad, como lo hizo el año pasado con los kioscos del balneario El Rincón que también estaban en manos de un particular.
“Hay mucho avivato pendiente de ocupar bienes que no son de su propiedad, pendiente de alguna falencia de la administración, que no haga posesión y ellos meterse a hacer ocupación de hecho, afortunadamente en esta administración no nos ha ocurrido, pero si encontramos predios en esa situación”, recalcó Fuentes.
El Pilón trató de entrevistar algunos vecinos de la comunidad pero se abstuvieron de dar declaraciones.