JOSÉ M. APONTE MARTÍNEZ
Benditas las motos que llegaron a esta ciudad especialmente a resolver el problema de trasporte, de la movilidad, como dicen ahora, ante la carencia de buses y busetas en buenas condiciones y suficientes para trasladar a la gente a los más lejanos rincones de los barrios nuevos (legales y de invasión) que han permitido este desordenado e irresponsable crecimiento urbano; como hubieran hecho los estudiantes, empleados rasos, comerciantes informales y todo aquel que no tiene el privilegio de tener un carro para llegar puntualmente a sus quehaceres, sino hubiera aparecido la bendita moto como un trasporte rápido, eficiente y barato.
La verdad, es que la moto resolvió el problema y sentó sus reales en Valledupar donde se convirtió en el principal medio de trasporte urbano y ve uno a viejos y viejas, gordos y flacos, negros y blancos y hasta copetones de parrilleros yendo de un lugar a otro por un billetico de 1000 y a veces por una moneda de 500; y el negocio es tan bueno que en un cerrar y abrir de ojos esto se llenó de motos, en buen porcentaje manejado por motociclistas raros que comenzaron a utilizar la bendita moto como instrumento para delinquir y entonces la “bendita moto” comenzó a convertirse en la maldita y los mototaxistas buenos, los que se ganan el pan de cada trabajando de seis a seis montados a sol y agua en un pedazo de hierro con llantas llevando del bulto porque siguieron el mal ejemplo y se convirtieron en indisciplinados, en infractores, haciendo lo que les da la gana, violando todas las normas de tránsito y convirtiéndose en un peligro para la integridad de quienes los utilizan: arrancan en amarillo que es prohibido, este color es para preparase para parar y prepararse también para arrancar, no respetan el rojo que significa “pare” y bajo ninguna circunstancia se puede arrancar en ese color; se pasan los carros por la derecha pues creen que esto es permitido y que es su vía cuando eso está prohibido y cuanto accidente tengan en esas condiciones lo pierden, se meten temerariamente en contravía exponiendo la integridad del pasajero (ahora pasajera), andan a velocidades exageradas y se han convertido en una amenaza al timón.
Se me olvidaba, semejante olvidito, lo más grave, tomar ron manejándola, la explosiva mezcla moto + ron = muerte o pata o brazo quebrao, columna partía, gente escarabela a dos manos y como consecuencia otra medida impopular al prohibir su circulación los fines de semanas y los días feriados en horas de la noche, porque ellos mismos se lo han buscado.
Por Dios, señores mototaxistas y motociclistas, en general, conviértanse en ciudadanos ejemplares y desempeñen su trabajo con honestidad y juicio, para que en un futuro puedan ser la alternativa y competencia del Sistema Integral de Movilización que rápidamente se instalará en este ciudad, como es el propósito de su, Alcalde Freddy Socarras, porque ahora la moto se necesita ya que no tenemos trasporte y creo que esta en mora el Congreso de la República de legislar al respecto, creando la placa de Servicio Público para las motos que presten servicio de trasporte y distinguiéndola con un color, cualquiera que sea, me gustaría azul que es el color de mi predilección.
Si siguen en las mismas, estoy seguro que vendrán otras restricciones más drásticas que conllevarán a la erradicación de este medio de trasporte y son ustedes los del volante los que con sus actitudes buenas se abrirán paso o de no – con las malas- acelerarán el proceso.
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Otra cosa, las tapas de los medidores de agua. Ya estamos cansados del robo de ellas por parte de ladronzuelos y viciosos que públicamente y sin ningún recato van a las “ollas” y chiveras a canjearlas por vicio en las primeras o a venderlas en la segunda ante la mirada indiferente de la Policía Nacional. Nada más es que vayan a esos lugares ampliamente conocidos para que vean que lo que escribo aquí es una verdad que no necesita demostración; en cuanto a Emdupar, ya debe de cambiar el material de hierro colado por alguna pasta sintética difícil de reciclar y así se acaba el problema y desaparece ese rubro que es un barril sin fondo.