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La basura no se bota, se recoge

Esta frase se acuñó durante un tiempo como campaña publicitaria, para incentivar al ciudadano común, al del carro o de a pie, al transeúnte, al de casa o al foráneo,  a hacer del manejo de la basura algo de responsabilidad y  de respeto por la naturaleza. 

Esto pronto se echó al olvido y el tema de la basura se volvió como la inseguridad y la corrupción, y tantos otros  males que nos afectan de manera significativa, un tema de afrenta para la sociedad y desde luego para el medio ambiente.

“Sara Güemes, coordinadora del Proyecto Libera, Naturaleza sin Basura, iniciativa creada por SEO/BirdLife y Ecoembes y cuyo objetivo es concienciar y movilizar a la ciudadanía para mantener los espacios naturales liberados de basura, nos cuenta que se sigue tirando basura al suelo por una falta de conciencia y educación y porque mucha gente piensa que como no es su casa, otra persona lo recogerá. Pero nadie lo va a recoger por nosotros. Por tanto, tirar desperdicios al suelo es una irresponsabilidad”.

Esto se puede evidenciar fácilmente si usted recorre el centro histórico de Valledupar, la zona de la plaza, por allí en las nuevas jardineras va a encontrar toda clase de desperdicio, desechables, bolsas, botellas,  papel de toda clase. Como si las jardineras fueran las canecas para acopiar la basura.

Es fácil para quien visita estos lugares deshacerse de su basura, la que cada uno genera; desde luego ve la facilidad de echarla en las jardineras; elementos que fueron colocados como parte del ornato de la ciudad, pero  esto no le importa a nadie.

Este tema me lo convidó el observar en la terminal de transporte,  acompañando y despidiendo  a mi hija en un viaje que desarrolló, ver que la gente es muy inculta;  falta de principios y amor por su ciudad, y a los visitantes: una clara muestra de irrespeto por la tierra que visita. 

Encontrar bolsas de papitas, desechables de icopor, empaques de comidas regados por la sala de espera, en las sillas y en la zona donde se parquean los buses, es muy común y parece una práctica normal. Pero no señores, eso no es normal, ni tampoco lo adecuado. 

La basura no se bota, se recoge y por más o menos recipientes de basura que existan en la ciudad, la idea es generar la menor cantidad de basura posible y si de sus manos se le escapa no generar basura,  pues dele un buen manejo. ¿Cómo podemos ayudar a la naturaleza para que se libere de la basura que se abandona y nadie recoge?

“Podemos buscar y cambiar hábitos, concienciar y, sobre todo, educar en el respeto de los espacios naturales. La educación es fundamental para que los niños desde pequeños aprendan la importancia de cuidar y proteger el medio ambiente”.

Responsabilidad, compromiso, educación, cultivar los valores y el respeto hacia la ciudad que nos acoge, ser ejemplo de los niños para que actúen de manera especial. Estos compromisos no tienen nada que ver con la pobreza o humildad, ni por la falta de empleo ni el ser más o menos ‘corroncho’, el tema aquí es de conciencia cultural, de compromiso y el cultivo de los valores y principios. Sólo eso. 

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Eduardo Santos Ortega Vergara: