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La aulagas fiscales

Los precios del petróleo siguen de capa caída. Aunque el Banco Mundial revisó al alza recientemente su proyección para los precios del barril de crudo de US $53 a US $57, este sigue muy alejado de los US $110 el barril de hace un año. Ello obedece fundamentalmente a la persistente sobreoferta de crudo en el mercado, que se acentuará con la entrada al mercado del crudo iraní una vez que, luego de la firma del Acuerdo con el grupo 5 + 1, se haga efectivo el levantamiento del embargo del cual ha sido objeto. Además de la caída de los precios del crudo han seguido cayendo los precios del carbón, el ferroníquel y del oro, llegando los precios de este último mínimos históricos de los últimos cinco años.

Con la caída de los precios de los productos básicos, que son los principales renglones de exportación, se ha abultado el déficit de la balanza comercial, al punto que en los primeros 5 meses del año alcanzó los US $5.930.3 millones, bordeando los US $6.293 millones de todo el año anterior. A ello viene a sumarse la sensible caída de la IED, el crecimiento y desde luego de los ingresos del Estado. Recordemos que en 2013 la Nación recibió el 4.3% del PIB por el sólo concepto de la tributación de las petroleras, sin contar con los dividendos que percibe de manos de la estatal ECOPETROL. Estamos hablando de una suma que se aproxima a los $30 billones.

Según estimación del MFMP por cada dólar que cae el precio del crudo el Estado deja de recibir $420.000 millones, de modo que la caída desde US $97 el barril a US $57 le significa menores ingresos del orden de los $17 billones. Se espera que la renta petrolera para el Gobierno central se reduzca de 3.5% del PIB en 2013 y 2.6% del PIB en 2014 a cerca 1.2% del PIB en 2015 y de 0.8% del PIB para 2016, lo cual le significa un grave predicamento para las finanzas públicas.

Según el Ministro Cárdenas, Colombia perdió recursos equivalente a 1.4% del PIB debido a los menores ingresos provenientes del sector minero-energético. A ello se viene a sumar el encarecimiento del servicio de la deuda a causa de la devaluación, el cual asciende a cerca de 0.3% del PIB. O sea, si sumamos los menores ingresos a percibir con las mayores erogaciones para servir la deuda externa tenemos 1.7% del PIB comprometidos.

De este modo, es de prever que el déficit fiscal que el año pasado fue de 2.4% y este año se proyectaba en 2.8%, el ministro de Hacienda ya aceptó subir la meta del déficit fiscal para este año hasta el 3%. No obstante esta meta, prevista en el MFMP se cumpliría siempre y cuando los precios del petróleo se ajusten a las expectativas del mismo , de US $74 el barril para este año y US $70 para el año entrante, cuando no hay un solo analista especializado que le apueste a precios por encima de los US $65 el barril.

El Gobierno está haciendo malabares para poder sortear los déficits gemelos (déficit en la Cuenta corriente de la Balanza de Pagos y Déficit fiscal) a los que se enfrenta, con la limitante que le impone la Regla fiscal, que es como una camisa de fuerza que le resta capacidad de maniobra. Con mucha sindéresis el exministro de Hacienda Rudolf Hommes le aconseja al ministro Cárdenas “que sería mejor no sobrepasar los límites establecidos para su cumplimiento, pero no forzar un resultado fiscal con el sólo propósito de cumplir la ´regla fiscal´ sin tener en cuenta crecimiento o empleo, no necesariamente es un buen manejo económico. La acción del Gobierno debe estar orientada a suavizar el impacto de los ciclos económicos, no a intensificarlos”.

Mucho cuidado, entonces, con tomar medidas austericidas, como las que precipitaron la recesión de la economía de la Unión Europea y que tiene en ascuas a la de Grecia. Ojalá no se les de por imitar a los gramáticos de nuestra historia republicana, dándose a la tarea de sacrificar un mundo para pulir un verso.

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