Por José Atuesta Mindiola
La simetría es una premisa de equilibrio y armonía. Una esfera es la perfecta simetría de dos mitades. El tiempo del movimiento de los cuerpos celestes es simétrico, cada hora en la rotación de la tierra equivale a un desplazamiento de 15 grados. El cenit del sol es el punto central del giro que hace la tierra entre la aurora y el anochecer.
En todo el universo hay armonía, la fuerza gravitacional permite que los planetas se desplacen sin el riesgo de que choquen entre sí. En una mañana de verano, el mar con sus olas es la sinfonía azul del sol y el viento. En todos los vertebrados, incluido el ser humano, sus órganos se distribuyen en simetría, si una línea vertical imaginaria lo divide en dos mitades, se comprueba que una cara es espejo de la otra. El cerebro es casi una esfera y tiene dos hemisferios formados por complejas redes de neuronas con funciones específicas, que se complementan para armonizar las sensaciones, los sentimientos, la motricidad, el pensamiento, la memoria verbal y la memoria visual de las expresiones artísticas.
La memoria es el espejo de la historia personal, hay sombras y luces, lenguajes y silencios, tristezas y euforias, sueños y vigilias. Cuando la memoria escucha las voces de los ángeles que avivan la imaginación y la creatividad, entonces aparece el arte con sus variadas facetas, entre ellas la poesía y la música. La música como la máxima manifestación de las artes, es la bella expresión de simetría, no necesita ser traducida a ninguna lengua, habla directamente a todos los seres humanos, es un lenguaje universal. La música es intangible, un soplo sonoro del tiempo.
También la memoria con sus fases cognitivas de la lógica y la ciencia afianzan la simetría del pensar y el hacer, de interpretar y proponer. Este avanzar por las etapas del conocimiento es una búsqueda permanente de un equilibrio superior, de un estado de armonía en la construcción de nuevas estructuras mentales.
Ustedes jóvenes bachilleres que han escalado otros niveles de conocimientos y están en procesos permanentes de cualificar la inteligencia y el talento, no olviden que en todos los seres humanos debe predominar la armonía del pensamiento y la acción, la armonía por el respeto a la vida y a las leyes que favorecen a las comunidades, por la gratitud a los padres y a la familia. La armonía por la lectura y el lenguaje, por el arte y la ciencia, por el deporte y la salud.
El gran sueño de paz en Colombia necesita de la armonía espiritual y social de todos los colombianos, pero especialmente de la honestidad y la eficiencia de todos los gobernantes.
Epílogo: En estos tiempos de navidad, de paz y perdón, estos versos: El pájaro no se detiene en el ojo de la espina / con sus alas descubre los caminos de los vientos / y retorna con su canto a los labios de la rosa/. El pájaro no abre sus alas al relámpago / su pico no afila la venganza/ vuelve con sus cicatrices / a buscar el fruto que lo hace cantar.