Recuerdo que hace exactamente tres años la Fundación Aviva, una organización comprometida con el rescate de la cultura y las tradiciones vallenatas, realizó un conversatorio sobre la silvicultura urbana de Valledupar, dirigido por el ingeniero forestal Luis Alberto Guerra; este conversatorio se desarrolló alrededor de tres ideas centrales: la historia de la arborización de Valledupar, aspectos fitosanitarios y problemas de los árboles, y especies arbóreas recomendables para la ciudad de Valledupar.
En el conversatorio se destacaron algunos hechos que a pesar de su relevancia no resultan obvios, por lo que muchas veces pasan sin ser atendidos perpetuando los errores de siempre, sin demeritar las buenas intenciones, como es el caso de los árboles que se siembran sin las adecuadas técnicas y criterios de elección, resultando al cabo de algunos años en destrucción de vías públicas, taponamiento de alcantarillados o amenaza sobre la población por la excesiva frondosidad de los ejemplares.
El recuerdo recobra actualidad, pues aunque Valledupar es reconocida como la ciudad Verde de Colombia, sus ciudadanos y autoridades poco conocimiento tienen acerca del manejo técnico de la arborización, lo cual hace necesario que la academia empiece a participar activamente en el lineamiento de estrategias para la silvicultura urbana.
Afortunadamente los próximos 3 y 4 de noviembre, la Universidad Popular del Cesar acogerá el primer congreso de arboricultura, bajo el lema “manejando el futuro de nuestras ciudades”, organizado por la Asociación Colombiana de Arboricultura y la Fundación Proárbol. La propuesta de los organizadores se encamina a dar a conocer técnicas para la correcta plantación y mantenimiento del arbolado urbano, siguiendo criterios de selección según el ecosistema, sanidad vegetal, clima, pedagogía y urbanismo. Por Valledupar dos expertos ofrecerán sus conceptos, el mencionado ingeniero Luis Guerra y el biólogo Miguel Ángel Sierra.
Un punto destacado del congreso es que apunta hacia la profesionalización de los proyectos de arborización urbana, partiendo de la idoneidad que pueden brindar los ingenieros forestales y los arboristas certificados. Precisamente, este evento contará con la participación de la Sociedad Internacional de Arboricultura (ISA según sus siglas en inglés), reconocida líder en la certificación de arboristas a nivel mundial y del Servicio Forestal de los Estados Unidos.
Finalmente quien escribe estas líneas, desde su condición de consagrado ambientalista y observador de aves, aplaude que se traten públicamente asuntos tan vitales para la salud integral de los ecosistemas como lo es la correcta arborización de una ciudad o región, pues esto no sólo contribuye a moderar las altas temperaturas y regular los flujos hídricos, sino también a la conservación de la vida silvestre, que en el ámbito urbano está conformada en más del 960 % por invertebrados, reptiles y aves, que sólo pueden encontrar refugio y alimento en esa bella parte de la creación llamada árbol.
Por José Luis Ropero