En noviembre de 2018, escribimos en esta sección: “Una Agencia Minera Regional. El Cesar es el primer departamento minero de Colombia, la producción de Drummond, Prodeco y CNR es de inmenso volumen y tecnología en equipos, personal y métodos. Solo la primera ya ha producido al año más que el Cerrejón. La región Cesar y La Guajira son un distrito minero de los primeros 10 en el mundo occidental y el bienestar de su población es de interés nacional. Las regalías son significativas y con la proyectada reforma se espera que las entidades productoras recuperen parte del porcentaje esparcido antes como mermelada por toda la nación. Esa economía genera encadenamientos y empleos de buen ingreso, que parecen ser insuficientes dados los entornos de pobreza; los impactos ambientales son desafiantes, pero se han acotado por mayor supervisión estatal, más control ciudadano, y mejores prácticas de las compañías.
Esa preponderancia ha llevado a que la entidad minera regulatoria haya sido regentada por gente de la región, como en el actual caso (2018) en que Silvana Habid preside la Agencia Nacional de Minería. Vara alta colocaron en el pasado Nelson Amaya, Enrique Daníes, Alfonso Saade o los exgobernadores Marinés Castro y Abraham Romero”.
Hoy la preside una persona del interior, Juan Miguel Durán, con conocimiento de esta región. Que ha traído desde ayer a la ciudad la red de servicios de la Agencia, instalada en carpas en la plazoleta de la Biblioteca departamental para atender frentes como contratación y titulación, seguimiento, legalización, financiamiento. Junto al apoyo del Banco Agrario, el Fondo Nacional de Garantías, el Sena, la Unidad de planeación minero energética (UPME) y el Ministerio. Al igual, la Secretaría de Minas departamental.
Decíamos entonces que “La entidad ha sido paquidérmica (término vallenato), muy regulatoria y poco atenta al interés del minero de hacer un negocio legal y perdurable. Exige formatos, lo formal y poco lo sustancial y no cumple a sí misma los lógicos plazos que sí le exige al minero. Bien haría en acoger el propósito del presidente Duque de simplificar los trámites; y de agenciar el desarrollo del territorio y la población minera. La Agencia no ha liderado con vehemencia, asustada por una corriente populista contra el sector, los proyectos mineros y la promoción de las áreas estratégicas que se reservó el Estado para su promoción internacional”.
Por lo escuchado al presidente Durán ayer, abordando los aspectos atrás señalados, y resolviendo preguntas del foro, el panorama es distinto. Más atención al minero, menos formalismo y plazos más ágiles, más presencia en las regiones, más promoción y rondas de los proyectos. La Agencia debe tener aún más presencia en esta región productora, por lo dicho al comienzo, y superar pronto las parálisis de Prodeco y CNR, ahora que hay una ventana temporal de oportunidad y precios, quizá la última, para generar empleo, riqueza y regalías, útiles, si se contratan bien, para superar la pobreza y asegurar una verdadera transición a energías renovables.