Ayer, el Centro Comercial Guatapurí Plaza, se engalanó con la exhibición de los productos artesanales propios de la cultura Kankuama y Guacoche Alfareros.
Juana Mercedes Arias, indígena Kankuama, lleva 60 años tejiendo mochilas elaboradas de fique y de lana; tradición que aprendió desde niña y que ha perdurado en el tiempo. Ella, junto con 200 mujeres de la asociación Asoarka, trabaja y comercializan las mochilas.
“El proceso es largo, primero hay que tener el semillero del maguey, después labramos la tierra para sembrar la semilla, luego sacamos el fique, lo tinturamos y elaboramos las mochilas”, explica Juana Arias.
Según esta mujer kamkuama, en sus mochilas plasma sus pensamientos e historia ancestral de resistencia a la violencia en Colombia. “Cuando nosotros tejemos una mochila pensamos que vamos a hacer con ella; por ejemplo digo que voy a comprar un par de zapatos para el hijo que no tiene, o un vestido o a hacer mercado, siempre pensando en el futuro”.
Por otra parte, María Teresa Márquez, una artesana del barro, integrante de la asociación Asalrocgua, manifiesta que lleva más de dos años en la fundación donde enseñan a 16 mujeres la tradición alfarera. “Aprendí a hacer tinajas, alcancías y materas, todo esto hecho en barro”.
“Ser alfarera es mi vida, pues desde pequeña veía a mi madre trabajar el barro y desde ahí nació mi gusto por este arte”, asegura María Terneza, oriunda de Guacoche.
Así como ellas, son más las mujeres asociadas al programa Mujer Rural del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural y el Instituto Colombiano de Desarrollo Rural INCODER y apoyadas por la Fundación Carboandes que busca fortalecer las organizaciones de mujeres en diferentes regiones del país y apoyarlas en sus iniciativas productivas y empresariales.
El Proyecto Mujer Rural que inició a finales del año 2011, beneficia a 103 mujeres y tres hombres que pertenecen a cuatro asociaciones productivas: Asociación de Madres Cabeza de Hogar Desplazadas por la Violencia de Codazzi, que tiene 37 integrantes; la Asociación de Alfareros del corregimiento de Guacoche, de la cual hacen parte 13 mujeres y tres hombres; la Asociación de Mujeres caficultoras de la vereda San Antonio (Plan Mil), del municipio de Manaure, conformada por 22 beneficiarias; y la Asociación de Artesanas Indígenas Kankuamas, que agrupa a 31 mujeres.