El consumo de sustancias alucinógenas en jóvenes preocupa a las autoridades de Valledupar, que a pesar de las campañas educativas y demás actividades de prevención en los colegios, no han podido espantar la amenaza de la drogadicción que se cierne sobre menores de edad.
Aunque no hay cifras exactas de menores adictos a las sustancias psicoactivas y al alcohol, se estima que cerca del 95 por ciento de los jóvenes atendidos en el Centro de Formación Juvenil del Cesar (CFJ), anteriormente Centro de Rehabilitación y Observación al Menor Infractor (Cromi), han consumido algún tipo de narcótico.
La Policía de Infancia y Adolescencia y de Prevención y Educación Ciudadana de Valledupar, permanentemente realizan en las instituciones educativas, tanto públicas como privadas, jornadas de prevención contra el consumo de drogas. Las autoridades han establecido que los ‘jibaros’ o expendedores de estupefacientes merodean los centros de educación para atrapar en el mundo de las drogas a los menores de edad, y así mantener el negocio.
Investigadores de la Policía Judicial saben que para los microtraficantes es más fácil llegar a la puerta de los planteles educativos para convertir a los estudiantes en adictos y expendan el vicio a sus compañeros de estudios.
Los barrios en los que las autoridades han recibido denuncias sobre el consumo de sustancias alucinógenas son Villa del Rosario, Mayales, Doce de Octubre, Primero de Mayo, Los Fundadores, Ciudadela 450 Años, Casimiro Maestre, Siete de Agosto, Garupal y La Nevada.
En estos sectores, la estrategia usada por los ‘jibaros’ es ofrecerle gratis la droga a los menores en los alrededores de los colegios y cuando estos se convierten en adictos, les cobran las dosis que les dieron bajo la amenaza de ser víctimas de agresiones físicas, si no pagan. Esa intimidación, según uno de los investigadores de la Policía, ha llevado a muchos jóvenes a delinquir para conseguir dinero, pagar la deuda del vicio y seguir consumiendo.
La droga a la que comúnmente acceden los niños y adolescentes es la marihuana; una dosis de este estupefaciente puede llegar a costar entre 1.500 y 2.000 pesos, dinero que la mayoría de los estudiantes obtienen de sus padres.
Drogas sintéticas
Por las redes sociales y demás medios de comunicación se dice que en el país a los jóvenes se les está vendiendo un nuevo producto para drogarse y que además es poderosamente adictivo.
En Valledupar se habló de que esa droga sintética, conocida como éxtasis o ‘Droga del Amor’, obtenida a partir de cambios moleculares realizados en laboratorios, se estaría vendiendo en los colegios, sin embargo las autoridades manifiestan que eso no es cierto y lo comprueban a través de los planes de desarme y registros pedagógicos a los centros educativos.
Pero si se tiene conocimiento que muchos menores de edad en Valledupar están accediendo fácilmente a la marihuana y a las ‘pepas’, por ser drogas de bajo costo.
Las ‘pepas’ son aquellos fármacos usados para el tratamiento de ansiedad, pánico y otros trastornos mentales, tal como el Rivotril o Clonazepam.
Estos medicamentos se encuentran sin receta en algunas farmacias y tiendas virtuales, en gotas y pastillas. En el caso de los adolescentes usan tabletas y según las autoridades las ‘pepas’ tienen un efecto en el sistema nervioso central similar al del éxtasis, con la diferencia de que esta última droga puede ser fatal si se combina con bebidas embriagantes.
De acuerdo con las investigaciones, las fiestas juveniles conocidas como ‘Tardeadas’ y las barras bravas de equipos de fútbol se han convertido en espacios para el inicio de consumo de drogas en jóvenes.
Se han reportado casos en los que ‘jibaros’ regalan la droga al que sea capaz de inducir a una joven entre los 13 y 15 años de edad a consumir vicio o a que asista a una ‘tardeada’. En algunos casos, si los menores no acceden a ingerir la sustancia psicoactiva, se la disuelven en un vaso de gaseosa.
Las ‘tardeadas’ se realizan en sitios apartados de la ciudad, como casas campestres, para evitar el control de las autoridades. Allí se conoce que algunas adolescentes sostienen relaciones sexuales hasta con cinco hombres a la vez sin ningún tipo de protección y bajo los efectos de la marihuana, ‘pepas’ y alcohol.
Juegos adictivos
Las autoridades les preocupa el hecho de que hoy en día las mujeres están consumiendo droga igual o más que los hombres y la razón es porque se están dejando envolver en un juego conocido como ‘El Reto’.
Este juego consiste en que un grupo de jóvenes hacen un círculo y se retan los unos a los otros para hacer actos sexuales con la única condición es que antes de todo deben consumir cierta cantidad de estupefacientes, lo que les daría el valor de aceptar las pruebas.
El juego también se desarrolla a través de las redes sociales, por donde los jóvenes retan a las chicas a mostrar sus partes íntimas o cumplir una cita con ellos en la que está permitido hacer cualquier acto sexual.
¿Qué dicen los expertos?
EL PILÓN consultó con la psiquiatra María Ruth Pumarejo Salinas, sobre qué buscan los jóvenes al consumir alguna droga y ella respondió con una palabra: placer.
“Ya sea con sustancias legales como el alcohol y el tabaco o con ilegales como los inhalables, la cocaína, la heroína o la marihuana, los usuarios, en este caso los adolescentes, buscan las sensaciones de bienestar inducidas por el consumo”, explicó Pumarejo Salinas, especialista en adicciones.
Indicó que todas las drogas que producen adicción tienen la característica en común de liberar dopamina, un neurotransmisor que al estimular el sistema nervioso central, provoca alegría, desinhibición y en algunos casos, falta de cansancio y una mayor facilidad para concentrarse.
Pero la psiquiatra advirtió que el uso continuo de drogas produce cambios en el estado de ánimo.
“Las personas sufren tristeza, desmotivación y falta de energía, pierden el interés en actividades que antes les agradaban, dejan de asearse y duermen mucho tiempo. Hay cambios en su conducta, se vuelven irritables y poco tolerantes a la frustración”, indicó la especialista.
En general, la presencia continua de dopamina en el organismo provoca que las personas se vuelvan dependientes de ella.
“Después de determinado tiempo, las sustancias, sobre todo el alcohol y el tabaco, producen algo que se conoce como síndrome de abstinencia. El cuerpo tiene una serie de manifestaciones físicas que van desde temblor, taquicardia y sudoración de las manos, hasta una fuerte necesidad de consumir”, agregó Pumarejo.
Con lo todo lo antes expuesto, queda claro que las amenazas de los jóvenes no solo están en la calle y en el colegio, sino en casa o cualquier lugar donde haya un simple dispositivo móvil con internet, por lo que el reto de los padres de familia y autoridades con el tema de las adicciones no es una tarea fácil
En barrios como Villa del Rosario, Mayales, Doce de Octubre, Primero de Mayo, Ciudadela 450 Años y La Nevada hay denuncias de expendio de drogas en los colegios.
Mohamed Osman Díaz
Mohamed.osman@elpilon.com.co