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Juventud acorralada

En el Viceministerio de Empleo tienen clara la situación de los jóvenes colombianos. Se están enfrentando a un panorama difícil, en el que ubicarse laboralmente es casi una hazaña.

En el departamento del Cesar es fácil observar la desocupación de los jóvenes, que según un estudio recientemente publicado pertenecen a la generación NiNi (ni estudian ni trabajan).

Sobre la situación de los jóvenes, asegura el Viceministerio que la población entre 18 y 28 años es el grupo de edad que registra más dificultades en el mercado del trabajo del país. En el Cesar durante el 2015 la tasa de desempleo fue del 16,6% (muy superior frente a la que registran los de 29 a 40 años que fue 9,8%, y los de entre 41 a 60 años que fue de 5,1%). Los jóvenes cesarenses tienen una participación del 48,0% en la tasa de desempleados en la ciudad.

De una inmersión laboral depende en gran medida el ingreso de los jóvenes al sistema educativo universitario o técnico, pues en un alto porcentaje no pueden estudiar porque sus padres no tienen recursos o pertenecen a familias de escasos recursos.

Los jóvenes de la generación Nini son un grupo social con edades entre los 17 y los 30 años, que viven mantenidos en la casa de sus padres, con un futuro incierto, entre la pereza y el conformismo. Así son presa fácil de caer en las garras de las pandillas, narcotraficantes y demás grupos delincuenciales, porque esta población tiene mucho tiempo libre y necesitan dinero para mantener el ocio. En la capital del Cesar, asegura el estudio ‘La pobreza y el posconflicto en Valledupar: análisis y propuestas’, el 13,3% de los jóvenes de la ciudad no estudia ni tampoco trabaja, cifra que se divide en 5 % para los hombres y 20 % para las mujeres; pero el problema es mucho más serio en las familias de escasos recursos donde el 37 % de los jóvenes son Ninis, superando el promedio a nivel nacional que está en un 22 %.

Esto ocurre aquí y es un problema que se debe resolver aquí. Hoy cuando se celebra el Día Internacional de la Juventud, con un llamado de Naciones Unidas a encontrar “El camino hacia 2030: erradicar la pobreza y lograr el consumo y la producción sostenibles”, es necesario que exista una profunda reflexión de las autoridades frente a esta población y revisen las estrategias y las inversiones que, aunque no son las adecuadas, están haciendo sin ningún resultado.

Dice la ONU que los jóvenes pueden representar un papel principal para garantizar ese consumo sostenible, así como para la erradicación de la pobreza, que son los principales objetivos recogidos en la Agenda 2030, aprobada el año pasado. ¿Pero primero cómo se garantiza el acceso de los jóvenes a la educación universitaria, técnica y tecnológica para que se preparen para el mercado laboral?

La invitación de Naciones Unidas es un discurso bastante bonito, pero poco realista para una región como el Cesar, donde primero hay que resolver muchos problemas estructurales. ¿Cuál es el rol de la juventud hoy en Valledupar y el Cesar?

Categories: Editorial
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