La anterior frase, viralizada por un trino de la futbolista profesional Vanessa Córdoba, hija del guardameta Óscar Córdoba, no podía estar más cercana a la realidad actual del balompié colombiano.
No fueron los hombres de la selección absoluta ni los muchachos de las selecciones menores quienes dieron al país su primera final en un campeonato del mundo. Fueron ellas, un grupo de 21 niñas (sí, niñas porque aún no sobrepasan la mayoría de edad) quienes enseñaron a Colombia a ganar.
Sí, a ganar, porque aunque perdieron la final un gol por cero ante España, estas jugadoras demostraron que podían competir de tú a tú con las mejores del planeta y llegar a instancias reservadas, hasta ahora, para selecciones como Brasil, Argentina y Uruguay.
En el argot del fútbol masculino es habitual referirse a “jugar como niñas” cuando un equipo o jugador no muestra suficiente garra o dureza a la hora de disputar el balón. Pues bien, con la selección sub-17 femenina quedó claro que esta expresión debe ser erradicada por completo del diccionario futbolero.
Y debe erradicarse porque si algo mostraron estas juveniles fue coraje, garra y -por qué no decirlo- dureza cuando el partido así lo exigía.
Ni siquiera tener en frente a una selección como la española las amilanó. Lucharon hasta la última bola y jugaron un gran partido de concentración, más allá del infortunado autogol que terminó poniéndole el sabor amargo a la épica presentación tricolor.
No obstante, a Colombia nadie le puede quitar lo bailao. Fueron cuatro victorias que encendieron los corazones de los colombianos que volvieron a pegarse al televisor para acompañar a las nuestras.
Hace mucho que los aficionados al fútbol no ‘madrugábamos’ para ver un partido de fútbol. Con la mayores, quedó la amargura de la eliminación que parecía nos iba a dejar con tuza hasta después del Mundial de Qatar.
Pero aparecieron estas guerreras para despertarnos del letargo futbolero y convencernos que cuando hay trabajo, inteligencia, valentía y esfuerzo los resultados deben aparecer.
Todo empezó el primero de octubre de 2022, cuando el DT Carlos Paniagua develó la lista de 21 jugadoras que disputarían la Copa Mundial de la FIFA Femenina Sub-17 en la India.
Como muestra de fortaleza, la Selección Femenina Sub-17 tuvo que enfrentarse a una dura derrota en el debut, precisamente ante España. Pero fue allí cuando sacaron la casta.
Se recuperaron en el segundo partido y se impusieron a China y a México demostrando capacidad de reacción.
Parecía que el duelo ante Tanzania sería un escollo difícil de superar por la corpulencia de las africanas, pero nuevamente “callaron bocas” y terminaron goleando con claridad 3-0.
En la semifinal, ante Nigeria, les llegó la hora de cambiar la historia. Los penales fueron el reflejo de la campaña. No desaprovecharon su oportunidad y tuvieron personalidad para ejecutar cada cobro.
Este domingo, el país volvió a paralizarse para apoyar a las 11 futbolistas, que dieron todo en la cancha. Aunque no consiguieron la victoria, dejaron en alto el nombre de nuestro país. Hoy el fútbol colombiano les agradece que hayan jugado como niñas. Porque bien lo dijo Vanessa Córdoba: “Juega como niña y llegarás a la final de un mundial”.