Producto del esfuerzo y la dedicación durante sus años de estudios, Daniel David de la Osa, egresado del Master Collegue, fue reconocido con la beca roble amarillo que otorga la Universidad del Norte en Barranquilla.
De acuerdo con Norlin Robles, madre del menor de 16 años, el logro fue perseguido por su hijo quien se postuló a esta beca tras tener contacto con la universidad y ver las diferentes opciones existentes y posibilidades para poder estudiar en una universidad privada.
Además, había sido favorecido con uno de los beneficios que otorga el Gobierno Nacional, que sin embargo, ahora deja de lado.
Según explicó Robles, la beca ‘Roble Amarillo’ es una de las más completas y comprende muchos beneficios como son la doble titulación si la persona quiere estudiar dos carreras, cubre el curso de inglés que es obligatorio, la manutención, estadía, libros y transporte.
Para la madre del joven, la formación de manera interdisciplinaria fue fundamental en este logro de su hijo. “Todas esas cosas lo han ido formando y lleva una formación integral”, expresó.
Entre tanto, Daniel, quien se encuentra en la capital del Atlántico donde adelanta un seminario que le otorgó la misma universidad, está listo para iniciar sus clases en la carrera de negocios internacionales. “Se ve como un gerente y le gusta mucho eso de conocer otros países, otros mundos e intercambiar ideas”, agregó Robles.
Por su parte, Yerlis Martínez Aparicio, directora de Master Collegue, aseguró sentirse feliz por el alcance de sus estudiantes y enfatizó en la importancia de esto ya que dan “la oportunidad al niño de que apunte a una beca con la que tenga la opción de crecer y llegar donde deben hacerlo porque hay muchos niños que no tienen la facilidad por falta de dinero”.
Igualmente destacó que seguirán trabajando en nuevos proyectos para robustecer más la formación que ofrecen a través, por ejemplo, de la construcción de una ludoteca para el preescolar hasta segundo año y fortalecer más la parte del bilingüe así como los valores y principios que debe tener el ser humano.
Por, Daniela Rincones Julio / EL PILÓN
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