Con tristeza anunciamos el fallecimiento de Fina Castro Daza, una mujer que vivió con intensidad, amor y una visión única, que marcó a todos los que la conocieron.
Nacida en Valledupar, Fina fue el alma vibrante de su familia, amigos y de su tierra. Egresada del programa de Literatura de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, realizó su tesis de grado sobre el libro ‘Como agua para chocolate’, de la escritora Laura Esquivel. Su inclinación por la literatura y las artes reflejó una conexión profunda con las raíces, los ancestros, la historia y la música de Valledupar y la región.
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Indudablemente, fue Fina una gestora cultural y ambiental que se constituyó per se en la gran impulsora de proyectos, como AVIVA Amigos del viejo Valledupar, y el MAV – Museo de Artes de Valledupar-, entre otros. Fue Fina una mujer soñadora y hacedora de proyectos de cultura, y de tradiciones de su natal Valledupar. En Bogotá, su amor por el medio ambiente la llevó a crear y dirigir la ONG Amigos de la Quebrada La Vieja, en Rosales, donde logró transformar este espacio natural en un santuario de vida y belleza. Gracias a su empeño, la quebrada fue descontaminada y se construyeron senderos que hoy siguen siendo un refugio para los bogotanos.
Durante ocho años, dirigió el Programa Nacional de Estímulos del Ministerio de Cultura, donde sembró semillas de creatividad y talento en las artes que florecieron en todo el país. Su trabajo fue reconocido por el ministro Juan David Correa, quien subrayó su incansable dedicación al arte y la cultura colombiana. Su espíritu emprendedor se expresó en muchos proyectos, entre ellos, un concierto memorable en el Teatro Colón con los más grandes juglares del vallenato; un evento que no solo celebraba la música, sino también su capacidad de soñar sin límites.
Fina también brilló en el ámbito diplomático, desempeñándose como agregada cultural en la Embajada de Colombia en Perú durante el gobierno de Juan Manuel Santos. Su calidez, su don de gente y su visión cultural la convirtieron en una embajadora incansable de Valledupar y Colombia.
Como emprendedora construyó, a partir de la casa materna, el Hotel Boutique Casa Rosalía, el que se destaca por acoger a los visitantes y turistas de Valledupar siendo distinguida con el premio ‘Mejores comentarios de los huéspedes’ en la plataforma Booking.com: Hotels & Travel, a nivel mundial, con un puntaje de 9.7 sobre 100, por la calidez, atención y detalles que acogen al visitante. En Casa Rosalía hay un pedazo de su alma y en cada rincón se encuentran con una calidez inigualable, unos jardines exuberantes, con unos detalles que venían de la gran cocina abierta y el sabor de las paletas de mango y de corozo con que reciben con cariño a los huéspedes y con sus inolvidables desayunos con las arepitas de queso asadas sobre hojas de mango, entre otras tradiciones culinarias.
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Fina, esta despedida es solo un hasta luego, siempre vivirás en mi corazón, tu legado vive en cada rincón que tocaste, y tu nombre será siempre sinónimo de generosidad, belleza y pasión por la vida.
A su esposo Jaime Palmera, a sus hermanos Guillermo, Celso y Juan Manuel, a todos sus sobrinos, familiares y colaboradores de Casa Rosalía y a todos aquellos quienes la amaron, les extendemos nuestras más sinceras condolencias.
Por: Leonor Dangond Castro.