POR: JOSÉ ALEJANDRO MARTÍNEZ VEGA / EL PILÓN
“¡Q’hubo nojoda! ¿Usted vino acá de paseo? O si no lo bajo de aquí. Yo no vine a pasar pena. Vamos a soltar la mano y vamos a acabar a ese boxeador”.
Con las anteriores palabras, acompañadas de unas leves cachetadas, el entrenador Manuel Prescott despertó al deportista José Davián Salcedo Jiménez y lo condujo al triunfo para asegurar la segunda medalla del boxeo de Cesar en los Juegos Nacionales del Eje Cafetero.
El pugilista de 30 años venció a Santiago Morales Ramírez de Quindío por decisión unánime (5-0) en el coliseo Instituto Técnico Superior de Pereira.
“La clave fue que él despertara y mantener a ese boxeador a raya. En el primer round dejó que el boxeador contrario tomara la iniciativa, siendo él de más alcance. Se le estaba regalando la iniciativa cuando él era el que tenía que tomarla”, señaló el entrenador Prescott.
Salcedo Jiménez nació en Urumita, La Guajira, pero fue en los gimnasios de boxeo de Valledupar, a los que acude sin falta en bicicleta desde hace 9 años, que inició su carrera en este deporte de la mano del entrenador Prescott.
ESCOLTA Y BOXEADOR
Esta medalla premia el sacrificio y ganas de José Davián que alterna su actividad como escolta —que ejerce hace 10 años—, con los entrenamientos que acomoda de acuerdo al turno del día.
“A veces salgo del trabajo, trasnochado y voy a entrenar, lo mismo cuando salgo en el turno de día, entreno por la tarde. Mi rutina diaria es esa: del trabajo al gimnasio y del gimnasio a la casa, siempre me mantengo activo”, recalca el pugilista, que reside en el barrio La Nevada junto a su esposa Paola Pérez y sus hijas Saray Sofía, Isaac David y Samara Sofía.
De Urumita llegó Salcedo sin haberse puesto nunca unos guantes. Solo había practicado baloncesto y artes marciales mixtas. Sin embargo, como aficionado del boxeo, siempre quiso probar suerte en el deporte de las narices chatas.
“Siempre me gustó el boxeo, pero el deporte como tal. Mi mentalidad siempre era querer boxear, pero no competitivamente, sino aprender el boxeo, siempre lo tuve presente. Gracias a Dios se me dieron las cosas”, dijo Salcedo.
‘LA ESQUINA ME DESPERTÓ’
Acerca del combate, reconoció que de no ser por la reacción de su esquina quizás se hubiera quedado en el camino. “Al principio estaba un poco enredado, un boxeador que no conocía. Gracias a la esquina, al profesor Prescott, pude salir en el segundo asalto más tranquilo y así salió la pelea. Me despertó enseguida. Me dijo qué era lo que tenía qué hacer porque me estaba quedando, estaba bastante dormido”, reconoce en diálogo con EL PILÓN.
La próxima cita en el cuadrilátero será este jueves a las 8:15 p.m. frente a Cristian Camilo Salcedo de Antioquia, un rival con pergaminos al que buscará sorprender para asegurar medalla de plata.