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José Rodríguez, 17 años dedicados al fútbol

JAIDER SANTANA/EL PILÓN El entrenador José Rodríguez actualmente organiza torneos anuales de clubes deportivos en Valledupar.

Una cirugía a corazón abierto, dirigir por internet a su equipo de fútbol femenino en Perú y soportar el dolor de la muerte de uno de sus pupilos que además era su ahijado, fueron unos de los hechos que marcaron la vida de José Silvestre Rodríguez Maestre, el entrenador que ha recibido admiración en Valledupar por su dedicación durante más de 17 años dirigiendo equipos de fútbol.

Fue un día del mes de agosto de 1998, que José Rodríguez decidió ingresar al mundo de la dirección técnica cuando su tío, el reconocido entrenador del Colegio Nacional Loperena, Silvestre ‘Chiche’ Maestre le dio la mano y el respaldo para hacerlo. Desde entonces, se perfiló por ese camino.

“Recuerdo que inicié con niñas, poco a poco se sumaron cien de ellas para que las entrenara en la cancha del barrio Doce de Octubre, habían hasta 15 equipos de fútbol en Valledupar y con eso inicié mi labor, mi pasión que luego se convirtió en trabajo pero lo sigo llevando con alegría”, dijo.

Él colaboraba como asistente técnico del profesor ‘Chiche’ en el Loperena y a los cuatro meses inició a trabajar con el club para los niños, después se quedó con más categorías a su cargo hasta terminar como el dueño del club porque su tío se fue a trabajar con el equipo profesional de la región Valledupar FC.

“En ese recorrido vi crecer a muchos de mis alumnos, a algunos los conocí de asistente como es el caso de Armando ‘La Perra’ Carrillo, Carlos Robles Rocha que está en Quindío, y tuve por cuatro años a Rafael Santos Borré, un joven noble que tuvo la fortuna de que lo viera una persona que creyó en él para llevarlo por un camino del éxito”, aseguró.

También tuvo a Pedro Barrios que está en Medellín, un jugador que fue goleador en todas las categorías pero no ha tenido el futuro que se merece, “hay muchos equipos profesionales que cogen a los niños y no los sueltan hasta no ver mucho dinero y le hacen un mal a ellos”.

Entre las mujeres, tuvo a su cargo a Gisela ‘La Pibe’ Vallenata, que está ahora en Estados Unidos con una mejor vida profesional y a Kena Romero. Momentos bonitos ha tenido con el fútbol otros no tan alegres, pero siempre se decide por extraer lo positivo de cualquier situación, esa es su definición.

“El fútbol me ha quitado tiempo con la familia, plata no me ha dado porque muchas veces los papás no pagan, esa es una lucha. Si la gente cumpliera esto mejoraría, tampoco uno va a ser rico pero al menos es algo, es eso o esperar la venta de un jugador. Pero el fútbol es mi vida y lo dejaré cuando me muera”, manifestó.

Es oriundo de Valledupar y tiene 45 años. Tuvo dos hijos con su primera compañera sentimental y una bebé con su nuevo amor: una jugadora que comparte los mismos gustos por el balompié y comprende su trabajo.

Ha abanderado la lucha por el reconocimiento de las mujeres futbolistas, esa faceta le ha dado muchas satisfacciones como por ejemplo la vivida en 2010 cuando fue nombrado como mejor técnico del departamento por Acord Cesar. Luego cuando ganó la Copa Claro femenina en Armenia y obtuvo el tiquete directo para estar en Perú. Aunque al final no pudo asistir.

“Antes de ir a Armenia tuvimos un accidente en plena carretera, el bus se quedó sin frenos cuando bajábamos por la Línea, ese día lo perdí todo porque la maleta mía cayó al vacío y allí tenía el dinero, mi ropa y otras cosas”, dijo.

Momentos difíciles
Entre los momentos más difíciles que recuerda está la operación a corazón abierto que le hicieron porque los médicos le confirmaron que una de las válvulas del corazón la tenía afectada. En 2010 le hicieron la cirugía en Barranquilla y le incorporaron una mecánica. Estuvo seis meses fuera de las canchas y por eso no pudo acompañar a las chicas a Perú. Así lo explicó: “Como no podía ir me tocó dirigir a las mujeres por internet, hablaba permanentemente con ellas y me mandaban imágenes del partido y yo le decía a qué jugadora cambiar y qué estrategia utilizar mientras estaba en la cama de la casa en el barrio Altos de Ziruma. Me dio gusto que quedaran de campeonas”.

El 22 de junio de este año, ocurrió el hecho que sí lo afectó para toda la vida. Fue el accidente de su jugador y ahijado Juan Pablo Gutiérrez Díaz, atropellado en el barrio Doce de Octubre y dos semanas después falleció.

El entrenador aún no se recupera de ese dolor, “La muerte de Juanpi me dejó mal, es algo que no se puede describir.

Todos vieron el accidente y fue peor porque eso generó que muchos niños no volvieran a entrenar y quedaran con el trauma y es razonable”.

El nervio hizo que varios padres de familia retiraran a sus niños de la escuela de fútbol. Alrededor de 10 jugadores no han regresado al club. Sin embargo, el entrenador continúa con su trabajo de siempre con muchas ganas y fuerza, porque solo así, algún día cambiará el futuro de muchos niños.

PUNTOS DE VISTA
Rosa Urrutia: Muy bueno porque es una recreación para los niños, yo apoyo a mis nietos.
Francisco Santana: Es una buena acción porque los niños se recrean, y mejor para que no hagan otras cosas.

Las primeras victorias que conoció el entrenador vallenato fue dirigiendo a las mujeres futbolistas del Cesar. Ahora es dueño del Club Loperena.

Por Tatiana Orozco Mazzilli
Tatiana.orozco@elpilon.com.co

 

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