En el año 1955 la ‘Capital Mundial del Vallenato’ fue testigo del nacimiento de José Dolores Bornacelli Polo, un vallenato raso de origen humilde, criado en el caserío ‘El Perro’ y quien se convirtió en un ferviente apasionado de la música vallenata.
Hijo de Juana Polo Meriño y Santander Bornacelli, el guacharaquero heredó su vena artística de su abuelo Fernando Polo Meriño, quien a su vez era tío de Juancho Polo Valencia.
Desde niño, aseguró Bornacelli, fue un rebelde sin causa que le entusiasmaba la música vallenata y quería aprender a tocarla a como diera lugar. Hoy un ‘hombre libre con papeles’, como lo llamaba su abuelo en aquel entonces, se convirtió en todo un ‘rey’ de la guacharaca y la piquería.
“Cuando había las parrandas en ‘El Perro’, venían Poncho Ochoa, Sebastián Sarmiento (…) un grupito de músicos morenos de Guaimaral, cuando ellos venían yo me volaba de la hamaca para verlos tocar a ellos. Un día me descubrieron, mi abuelo se dio cuenta y me dijo: “¡Caramba!, ese muchacho va a ser un hombre libre”, y desde ese tiempo me quedé con ese hermoso remoquete”. Manifestó Bornacelli.
Entre esos ires y venires y apremiantes escapadas, el vallenato aprendió a tocar guacharaca y a componer versos. Un talento que le brindó importantes logros en su carrera artística y que se convirtió en su más grande ‘tesoro’.
Entre sus dos profesiones que se volvieron también su vocación a Bornacelli le es imposible elegir, asegura que cada una le apasiona y le ha traído grandes satisfacciones en la vida, mismas de las que hoy se enorgullece con vehemencia. “La piquería para mi es mi vida, algo que adoro y la guacharaca (…) adoro ser guacharaquero y ser verseador”.
Sus inicios con el maestro Abel Antonio Villa le permitieron forjar las bases para incursionar en la industria musical vallenata, sin embargo, la enseñanza que más agradece el ‘rey’ de la guacharaca y la piquería es haber aprendido una de las enseñanzas más importantes de su vida. “A él le debo una enseñanza inolvidable: él me puso el buen ejemplo de ser sincero con los amigos; no creerme más que nadie y tampoco menos que otro”.
Uno de sus logros, aparte de coronarse como ‘trirey’ de la piquería en los festivales vallenatos de 1991, 2000 y 2007, fue acompañar al entonces quinto ‘rey de reyes’ Almes Granados con quien manifiesta una estrecha relación no solo de amigos sino de hermanos.
“Acompañar a ese gran acordeonero como es Almes Granados. El hermano que yo no tuve y que me hacía falta lo tuve con él. Un gran señor, un gran acordeonero para mí no es un amigo, es como un hermano. Lo más bello que me ha pasado como músico, guacharaquero y cantante fue haber acompañado a Almes Granados en este Rey de Reyes. Gracias a Dios”, aseveró el verseador.
Sus sueños, asegura el ‘trirey’ de la piquería, no los ha cumplido todos, pues aún le falta por cumplir uno de los más importantes: grabar un CD con todas sus canciones es un anhelo que lo mantiene vivo y el que cree algún día se hará realidad.
“Todavía me falta cumplir mi verdadero sueño, hay algo que está guardado bajo la manga (…) Aspiro antes de morir si quiera grabar un C.D., un L.P., con mis canciones”, aseguró el talentoso verseador y guacharaquero.
Por Melissa Valle