En medio de un evento cristiano en Córdoba, el artista vallenato Iván Zuleta ‘abrió’ su corazón y contó su testimonio sobre su conversión y encuentro espiritual. “Quiero compartirlo con ustedes. Definitivamente Dios convierte el lamento en baile y el llanto en alegría”, fueron las palabras con las que inició Zuleta.
“Vengo de una dinastía musical. A la edad de 17 años comencé a grabar con un hombre muy grande en talento y en gracia como lo es el gran Diomedes Díaz. Comencé a conocer la fama antes que la cédula de ciudadanía, gané aplausos, pero también con eso vinieron los excesos y los abusos con la salud, hasta el punto de que me hablaban y creía que porque era reconocido en el gremio musical era intocable, pero intocable solo es Dios, nosotros los hombres somos débiles por naturaleza”, reconoció el artista.
“MI CORAZÓN NO FUNCIONABA”
Contó que después de tantos años consumiendo licor y viviendo en el exceso, llegó a una clínica de cuidados intensivos y su corazón quedó funcionando un 20%. Debido a sus graves problema de salud, asegura, creyó que lo operarían a corazón abierto.
“Yo sabía que esto era un mensaje de Dios, me estaba haciendo un llamado, el cual recibí con todo el gozo del mundo; hoy me doy cuenta que sin licor se vive mejor. No solo tenemos talento para cantarle al mundo, el talento pertenece al que no los dio”, expresó.
Luego de esto reveló: “Primera vez en treinta años de carrera artística que me subo a una tarima sin trago. Primera vez que le canto a un público tan selecto, porque son mis hermanos en Cristo”.
Al terminar de contar su testimonio, Zuleta no se quiso despedir sin antes cantar unos versos para Dios: “Para él serán mis cantares, para él serán mis cantares, para él es la vida mía, Dios permita y la alegría se mude pa’ sus hogares”.