La inteligencia vial, que es promovida en Colombia por el Fondo Nacional Vial, busca crear hábitos saludables para que haya seguridad y tranquilidad en las carreteras, calles y carreras del país.
Se trata más de una actitud frente al tránsito y tráfico, bien sea como conductor o como peatón. Sólo si se conjugan las buenas intenciones de todas las partes, se podrá hallar la inteligencia vial de la que tanto se habla y se pide.
Es el mismo concepto que deben aplicar en Valledupar. Son positivos todos los proyectos encaminados a mejorar y organizar la movilidad en la ciudad, tarea nada fácil.
Para este fin de año, y fin también de la administración municipal que lidera desde el 2012 Fredys Socarrás Reales, coinciden en la ciudad varios aspectos. Uno es la instalación de las cámaras de seguridad, más de 300, que implica romper el pavimento para hacer los trabajos técnicos requeridos, causando molestias a los conductores.
La semana que acaba de pasar fue caótica en varias vías, especialmente en las glorietas y el centro de la ciudad, donde normalmente hay congestión, pero se agravó la situación por estos trabajos.
Las quejas y comentarios no se han hecho esperar de parte de los conductores que piden una mejor planeación de los trabajos, más eficaces. Es decir, si abren una zanja para meter el cableado que hará funcionar las cámaras, ¿por qué demoran tanto en cerrarla?
El otro aspecto es el cambio de sentido de varias calles y carreras que, con toda la buena intención de la administración local, ha creado tanto caos y preocupación, especialmente por la ausencia de una campaña pedagógica intensiva que invitara de manera amable a los ciudadanos a conocer y a respetar los cambios. La carrera novena y la calle 17 con los novedosos ciclo carriles o ciclo rutas, ha despertado curiosidad entre las personas y no hay en puntos estratégicos funcionarios o policías diciendo para qué y cómo serán utilizados.
Lo que se ha visto en los ocho días que llevan los cambios, es la cotidianidad: carros y motos estacionadas en los carriles exclusivos para bicicletas. No basta con pasacalles, falta más pedagogía, pedagogía y pedagogía.
El secretario de Tránsito, Oscar Tom Socarrás, debe escuchar lo que dice la ciudadanía. Salga de su oficina a revisar y a palpar la realidad en las calles.