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Insistir, persistir, resistir y nunca desistir

Hoy amanece Colombia con otro escenario, muy distinto al que hace dos días se avizoraba. Ganó el No. Más de seis millones 430 mil colombianos dijeron que no apoyaban el acuerdo final para terminar el conflicto y construir una paz estable y duradera.

La democracia gana. Los que votaron Sí no perdieron, más de seis millones 374 mil, ganaron porque creyeron en sus ideas y en un camino diferente.

No se ha perdido la guerra, solo una batalla. Los diálogos desarrollados en La Habana, Cuba, casi por cuatro años no se han tirado a la borda. El camino sigue, con nuevas reglas de juego que esperamos conduzcan a la misma meta: la paz. Hoy los jefes negociadores viajarán a La Habana a sentarse con los voceros de las Farc y analizar lo que viene. Esa es la gran incertidumbre, que pronto será despejada.

No hay triunfalismo para ninguna de las dos partes. El triunfo del No, no fue avasallador, ganó la abstención. Los resultados generales muestran a una Costa Caribe unificada, en todos sus departamentos ganó el Sí, a pesar de la alta abstención que se disparó tal vez por la coyuntura climática, y quizás, de no ser por la lluvia, hubiese podido cambiar el sentido de una votación en todo caso estrecha. En los departamentos más afectados por el huracán Mattew el porcentaje de votantes fue bajo frente a la media nacional: en La Guajira solo el 20 %, en Magdalena, Atlántico y Bolívar el 25 % frente al 40 % nacional.

Aun con estos resultados aún la guerrilla de las Farc tiene una oportunidad histórica que no debe abandonar, así la mitad de los colombianos que votaron el Plebiscito hayan dicho que No a los acuerdos.

La jornada de ayer demostró que hay dos visiones de país, no solo se trata del gobierno y la guerrilla, sino de los sentimientos de aproximadamente 13 millones de personas que salieron a las urnas a votar el Plebiscito, y ahora hay que escuchar a los que dijeron Sí y a los que dijeron No.

Se siente un sinsabor porque ante los ojos del mundo quedó afectada la gobernabilidad. ¿Pero cómo se reorienta? Si es que es necesario hacerlo. Mostrar las cartas en este momento puede ser tal vez lo mejor para la democracia para reencauzar el camino.

EL PILÓN invita a trabajar por la reconstrucción política. El presidente Juan Manuel Santos es un bastión para ello, la templanza y la prudencia no deben abandonarlo ahora. Se debe fortalecer la institucionalidad y llamar a la Unidad para que “entre todos decidamos el camino que debemos tomar para que paz sea posible”, como aseguró el mandatario de los colombianos.

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