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Inseguridad histórica

Son destacables las actividades que se han venido haciendo en la calle 15, entre carreras 6 y 7, con las que se busca darle vida al sector fundacional de Valledupar, más aún cuando por estos días está fuera de servicio la plaza Alfonso López, debido a su remodelación.

Sin embargo, caminar por algunas las calles del centro histórico puede resultar un verdadero peligro, como lo han registrado videos de cámaras de seguridad en días recientes: sujetos armados en motocicleta que abordan a peatones y conductores.

Las denuncias sobre los constantes robos no son nuevas, por el contrario, se han vuelto reiterativas las solicitudes de mayor acompañamiento policial por parte los comerciantes que quieren que propios y turistas tengan confianza al caminar por el centro histórico, como ocurre en ciudades como Cartagena y Santa Marta, donde los recorridos en estos sectores son garantizados con la permanente presencia de las autoridades.

¿Dónde quedó el CAI móvil de la Policía que estaba en la plaza? Es un interrogante que merece respuesta. Los comerciantes recurren a cámaras de seguridad, pero estas de nada les han servido, pues con ellas solo pueden observar como los delincuentes motorizados o a pie siembran el terror en el sector.

Ya ha habido varios encuentros de seguridad para implementar estrategias articuladas entre Policía, comerciantes, residentes y visitantes, pero no han sido efectivas para hacer frente a los atracadores que se pasean por el centro como por el resto de la ciudad. Ante eso, queda claro que los operativos no deben ser de ratos, deben ser una constante.

Viene el Festival de la Quinta, y desde ya debe empezarse a generar confianza en la comunidad para que las visitas al centro histórico sean durante todo el año y no solamente en las épocas de festividades.

La dinámica económica que desde hace más de tres años está tomando el sector es buena: hay hoteles, bares, restaurantes, salas de exposición y un teatro, pero necesitan medidas efectivas para garantizar la tranquilidad de los visitantes. Allí, la proliferación de negocios ha ayudado a que haya más iluminación, de cierta forma se ha espantado a los indigentes porque hay más circulación de peatones y el entorno es más agradable.

El centro histórico está mejorando para bien y se debe trabajar para optimizar esa dinámica, porque así ganan los residentes, los comerciantes y los visitantes que se llevan una buena experiencia para recomendar a otros a que vengan; no hay mejor mercadeo que el voz a voz, pero lo que lamentablemente se comente es un atraco tras otro.

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