“Aquí llegaron unos extraterrestres y con motosierras en mano acabaron con los árboles maderables. Le quitaron el oxígeno al río que en esta zona no tiene agua”, dijo Luis Guillermo Daza, mientras recorría las veredas Los Sajones y Las Flores, en el municipio de Villanueva, por donde se da uno de los pasos finales del río Cesar en La Guajira.
El polvo que levanta el movimiento del vehículo es más intenso a medida que pasan las horas. Hay que avanzar a velocidad prudente y con precisión. El terreno es fatigoso.
El caudal indefenso a la tala de árboles y la extracción de material de arrastre no alcanza para bañar las poblaciones ubicadas al sur de La Guajira. La historia es similar a la de otras poblaciones de este departamento: falta de servicios públicos, cero transporte público, vías en mal estado y un olvido perenne del Gobierno.
Las autoridades ambientales no tienen el cálculo de cuántas toneladas de arena y gravilla le sacan diariamente al río Cesar en esta zona. Los habitantes únicamente saben que una volqueta saca tres viajes de arena por día y cada uno puede tener un valor de 230.000 pesos en el mercado. Por lo general, cuatro hombres conocidos como ‘paleros’ llegan a la orilla del afluente y de manera ilegal retiran el material que luego es vendido en Villanueva, El Molino, Urumita y La Jagua del Pilar (La Guajira), así como en La Paz, Valledupar y San Diego (Cesar).
“El río Cesar tiene grandes problemas y aunque uno denuncia, no hacen nada. Antes, había que tener cuidado al pasarlo, pero ahora uno camina sin problemas por su lecho porque no tiene agua. Eso finalmente se convierte en un problema porque cuando llega la temporada de invierno el agua se desborda y nos deja incomunicados. No permite el paso de ningún vehículo, la única forma es esperar que baje la corriente”, lamentó Luis Guillermo, quien es el representante de Los Sajones y Las Flores, donde apenas habitan unas 50 familias.
Como en San Juan del Cesar, Villanueva tampoco tiene aguas cristalinas como las que encontró este medio de comunicación cuando llegó a la parte alta de la Sierra Nevada, donde nace el río Cesar, que recorre 280 kilómetros en todo su cauce.
Colgado sobre un tronco atravesado en la seca arteria fluvial, Daza narró cómo en la vereda Veracruz (perteneciente a San Juan del Cesar y que está cerca de Villanueva) son vertidas las aguas residuales, ocasionando un desastre ecológico teniendo en cuenta que no existe una planta de tratamiento para retirar la carga contaminante.
“Eso también deteriora el río. Veracruz pertenece a San Juan del Cesar, pero sus habitantes siempre salen por la vía a Villanueva, les queda más cerca, aunque algunos ya tienen casas en Villanueva. Hoy el río no es ni sombra de lo que fue, lo único que observamos es arena”, resaltó el líder comunitario.
La falta de agua proveniente de lo más alto de la Sierra Nevada, captada por hacendados para negocios propios, como la cría de ganado o el riego de extensos cultivos de maíz y arroz, ha dejado sin flujo del preciado líquido al sur de La Guajira, afectando la flora y fauna, y de paso a familias que sobrevivían de la pesca.
Este nuevo recorrido hecho por EL PILÓN refleja el último paso del río Cesar por La Guajira. Primero bordea la zona plana de Villanueva que comprende alrededor del 55 % de sus hectáreas, el cuatro por ciento de su población. Más abajo pasa por El Molino y así seguidamente, de forma alejada del centro poblado, entra a los límites de Urumita y La Jagua del Pilar.
Aunque la visita contó con el acompañamiento de la Unidad Municipal de Asistencia Técnica Agropecuaria (Umata), la coordinadora de la entidad en La Guajira, Nolkis Muegues Vega, aseguró que “nos quitaron las funciones ambientales con respecto a acequias, ríos y demás afluentes porque fueron entregadas a la Corporación Autónoma Regional de La Guajira (Corpoguajira)”.
La funcionaria indicó además que en épocas como esta, donde el verano azota gran parte de la región, la Umata pide la declaratoria de calamidad pública para atender la emergencia por escasez de agua.
El río se puede recuperar: Corpoguajira
Las Corporaciones Autónomas Regionales son las entidades encargadas desde 1993 de administrar los recursos naturales renovables y propender por su desarrollo sostenible. En ese orden de ideas, Corpoguajira ha realizado en los últimos años algunas acciones como la estructuración del Plan de Ordenamiento de la Cuenca del río Cesar (Pomca), que todavía Corpocesar no lo tiene listo.
El director de Corpoguajira, Luis Manuel Medina Toro, visitó las instalaciones de EL PILÓN y habló sobre las dificultades que pasa el río Cesar en La Guajira, respondió las quejas de los habitantes y anunció las inversiones planeadas por la corporación para mejorar las condiciones del afluente.
¿Cuál es el análisis actual de Corpoguajira sobre el río Cesar?
El río ha venido sufriendo un deterioro por varios factores, entre ellos el cambio climático, las actividades antrópicas de las poblaciones que se encuentran a su alrededor y también algunas personas que vienen desarrollando una actividad de extracción de material de arrastre. Eso viene afectándolo en su dinámica fluvial.
¿Cuál es el manejo que tienen sobre las concesiones hídricas?
Es una situación que venimos trabajando en su control. Para el río Cesar son pocas las concesiones que hemos entregado en La Guajira, pero son muchas las que están de manera fraudulenta. Es allí que hemos comenzado a regularlas y que se pueda dar un uso eficiente al río.
¿Qué articulación existe entre la gobernación, alcaldías y Corpoguajira para preservar el río Cesar?
Hemos tenido reuniones con el alcalde de San Juan del Cesar, Luis Manuel Daza, traemos un proyecto articulado para proteger las márgenes de los ríos y también para el control del uso desmedido del agua.
Estamos pendiente de articular unos proyectos con la gobernación para proteger y conservar la parte alta y media del río. Tenemos otro proyecto que vamos a ejecutar en este segundo semestre y busca proteger los árboles que se encuentran en amenaza por la erosión; tiene una inversión de unos 1.500 millones de pesos. De igual manera el proyecto que consiste en el aislamiento (protección de la margen con cercas) en la zona de Caracolí, parte alta de la Sierra Nevada (por valor de unos 2.500 millones de pesos), y tenemos una alianza con los indígenas Wiwas para conservar los bosques.
Otro gran problema es el vertimiento de aguas residuales al cauce del río Cesar. ¿Cómo regula la corporación ese tema?
Existe la problemática por unas actividades que se vienen desarrollando en San Juan del Cesar con la cría de cerdos alrededor del río porque el vertimiento de todas esas porquerizas van a dar al río. Hemos venido haciendo controles y le hemos hecho el llamado al municipio porque algunas de esas porquerizas se encuentran dentro del pueblo, están contaminando al río y también generando un problema de salubridad y tengo entendido que el alcalde está tomando acciones con el Plan de Ordenamiento Territorial. Los mayores impactos los sufre el río en San Juan del Cesar por la cercanía de su población.
A diferencia de Corpocesar, ustedes ya tienen regulado el Pomca del río Cesar. ¿Cómo califica en la actualidad el estado del afluente?
Está afectado. No podemos decir que está bien, tiene problemas porque ha disminuido su caudal por todas las afectaciones antes mencionadas. Ahí es donde nosotros estamos haciendo unas acciones importantes en procura de conservar su ronda hídrica, el bosque de talería y de concientizar a la población para evitar que, los vertimientos por ejemplo, caigan a la fuente de agua y la contamine. El río Cesar si usted lo ve en la parte de El Totumo es limpio, con unas pozas hermosas donde se desarrolla la actividad del eco turismo y así queremos que se siga conservando.
Nosotros ya hicimos el Plan de Ordenamiento y Manejo de la Cuenca (Pomca), parte alta y media, estamos esperando que Corpocesar haga lo propio en la parte baja para poder hacer la comisión conjunta del Pomca. Es la articulación que debemos tener para el manejo de la cuenca del río Cesar.
El río se puede recuperar y por eso queremos llamar la atención a toda la población porque no solamente es responsabilidad de Corpocesar, de Corpoguajira, es de todas las autoridades locales y la población, en el sentido de evitar las talas, proteger los nacederos que son los que alimentan el río Cesar, pero especialmente evitar los vertimientos que son los que contaminan sus aguas y hacen que no sean de la mejor calidad.
¿Qué controles existen sobre las personas que extraen la arena del río?
En una alianza con la Agencia Nacional de Minería, el Ministerio de Minas y Energía, estamos en el proceso de formalización minera para que los volqueteros, quienes extraen el material de arrastre, puedan hacerlo de manera responsable.
Habitantes de La Guajira aseguran que Corpoguajira no regula las malas acciones sobre el río Cesar. ¿Qué tiene por decir?
Estamos actuando y fortaleciendo ese sistema de control ambiental, tanto que en el caso de La Guajira hemos fortalecido la territorial del sur que tenemos en Fonseca con vehículos y funcionarios. Además comprometiendo a las autoridades policivas y civiles para hacer un control articulado y más efectivo. Contamos con un equipo de profesionales y vehículos, 24 horas, durante los siete días de la semana, para poder actuar de manera rápida y contundente por los delitos ambientales.
El Cesar en La Guajira
Son cinco municipios de La Guajira que tienen injerencia en el cuidado y preservación del río Cesar: San Juan del Cesar, Villanueva, El Molino, Urumita y La Jagua del Pilar (por los dos últimos pasa por una zona casi que desconocida para los pobladores).
En La Guajira, de acuerdo con factores hidrológicos, físico-bióticos y políticos, entre otros, la cuenca del río Cesar es la segunda en importancia, después de la cuenca del río Ranchería. El Cesar que nace en la Sierra Nevada de Santa Marta a una altura aproximada de 1.800 metros sobre el nivel del mar, recorre 79,70 kilómetros en el departamento ubicado al norte de Colombia, ocupando así un área de 178 mil 197,79 hectáreas, según datos suministrados por Corpoguajira.
Algo particular en La Guajira es que el río Cesar no es el que abastece los acueductos principales de los municipios mencionados: el río San Francisco abastece gran parte del perímetro rural de San Juan del Cesar; el río Villanueva suministra agua al acueducto de esa población, e irriga su zona agrícola. En La Jagua del Pilar esta función la cumple el río Marquesote y en Urumita el río Mocho. Sin embargo, el río Cesar también es la fuente del recurso hídrico en algunos acueductos de corregimientos y centros poblados.
Las inversiones por parte de la Gobernación de La Guajira son casi nulas, al igual que las diferentes alcaldías, que no han mostrado interés en la recuperación, cuidado y preservación del río.
¿Qué es el Pomca?
El Plan de Manejo y Ordenamiento de una Cuenca, Pomca, es el planeamiento del uso y manejo sostenible de sus recursos naturales renovables, de manera que se consiga mantener o restablecer un adecuado equilibrio entre el aprovechamiento económico de tales recursos y la conservación de la estructura físico-biótica de la cuenca y particularmente de sus recursos hídricos.
A la altura del municipio de Villanueva, La Guajira, en el río Cesar desembocan otros afluentes como son Villanueva y Los Quemanos o Novalito.
Deforestación, extracción de material de arrastre, concesiones de agua para los cultivos y quemas, son puntos críticos para el lecho del río Cesar en La Guajira.