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Información inherente a la próstata

En este momento de mi convalecencia por cirugía de cáncer in situ de próstata, mi doble condición de médico columnista de EL PILÓN,  me confiere el compromiso de advertir a sus lectores la importancia del diagnóstico temprano del cáncer de este órgano exclusivo de los hombres; no obstante, las mujeres también deben estar informadas sobre tal enfermedad, para que animen y ayuden a sus cónyuges, hermanos, padres, demás familiares y amigos,  en el propósito y proceso del diagnóstico precoz, porque el descubrimiento tardío encierra  el riesgo de acortar la sobrevivencia; es decir, peligro de posible muerte en breve tiempo a pesar de la aplicación de los múltiples tratamientos  conocidos. 

La próstata es una pequeña glándula del sistema reproductor masculino. En los hombres jóvenes, menores de 35 años, pesa no más de 25 gramos, que aumenta de tamaño con el envejecimiento. Se encuentra situada debajo de la vejiga urinaria, rodeando la uretra, el conducto por donde sale la orina desde la vejiga al exterior, a través del pene. Por la uretra también se eyacula el líquido seminal producido en los testículos, las vesículas seminales y por la próstata cuando sobreviene el orgasmo masculino. 

La parte posterior de la próstata colinda con la pared anterior del recto, lo que permite palparla mediante tacto rectal digital y por el ano se le puede tomar mejores imágenes diagnósticas y hacer biopsia para estudio patológico.

En la próstata se produce el antígeno conocido como PSA (sigla en inglés), que es imprescindible para que el sistema reproductor masculino cumpla su función, si el semen no contiene suficiente PSA los espermatozoides son infértiles. Una minúscula parte del PSA del líquido seminal ingresa a la sangre, donde se mide y sirve como predictor de cáncer prostático, para lo cual, al PSA se le han asignado unos valores clínicos según la edad de la población masculina, que son reportados en los resultados de los exámenes de laboratorios. En algunos hombres el PSA es indetectable, por ende, su cuantificación se mide en nanogramo, que es equivalente a la milmillonésima parte de un gramo (1/1.000.000.000 gramo = 0.000000001 g).  Como han visto, el cáncer prostático, como todos los cánceres, son patologías muy complejas. En modo alguno quiero asustar a los lectores profanos en el tema. Mi verdadera intención es alertar a los hombres, a ser esmeradamente diligentes en el control para la detección prematura, con la esperanza de lograr vivir una vejez en las mejores condiciones de salud con buena calidad de vida, que es el anhelo más implorado de la humanidad.

Los factores de riesgo que más inciden en la aparición del susodicho cáncer son: antecedentes familiares (herencia genética), edad (más en mayores de 60 años), la raza (más en los afrodescendientes), además de otras incidencias ambientales y culturales. Ningún hombre está exento de llegar a presentar cáncer de próstata; esto quiere decir, que quienes tengan los riesgos de mayor prevalencia deben comenzar los controles a más temprana edad y con mayor frecuencia de lo previsto, lo sugerido es un control anual de PSA con el respectivo tacto rectal digital realizado por urólogo, después de cumplir 40 años. Insisto, En los hombres de alto riesgo, el tiempo de control debe ser menor (6 meses o cuando el urólogo lo prescriba). Es importante saber, que un porcentaje de hombres, estadísticamente no despreciable, presentan cáncer prostático sin elevación del PSA, por esto último, reitero, es indispensable el tacto rectal, para detectar posibles anormalidades en la próstata.       

Al PSA se le ha establecido un intervalo límite, con nivel de 4 a 10 nanogramos; sin embargo, se requiere tener presente que la probabilidad de padecer cáncer de próstata con tal dimensión de PSA, es de 1 en 4, y si es mayor de 10 la probabilidad supera el 50%. Aunque la hiperplasia benigna de próstata, la prostatitis, el coito tanto vaginal como anal y la masturbación también elevan el PSA, por su exceso, y cualesquier anomalía encontrada en la próstata de hombres mayores de 40 años, lo recomendable es la valoración por urólogos lo más pronto posible. 

Por José Romero Churio

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