Cada día 145 mujeres, en su mayoría víctimas del conflicto armado colombiano, limpian miles de camarones blancos criados en el Pacífico como socias de una iniciativa que ayuda a recomponer el tejido social en Tumaco, una de las regiones más golpeadas por la violencia en el país.
Se trata de una alianza de la empresa camaronera Tumako Fish y la Asociación de Mujeres Semillas de Paz (Asmudepaz) para mejorar la calidad de vida en esta deprimida localidad del departamento de Nariño (suroeste), mediante la inclusión social.
Tumaco, ciudad de unos 200.000 habitantes, es por su estratégica ubicación como puerto del Pacífico, cercano de la frontera con Ecuador, un territorio codiciado por diferentes grupos armados ilegales, de guerrillas a narcotraficantes, cuya violencia ha agravado la situación de un gran sector que vive en la pobreza absoluta.
“Creo que la mayoría son mujeres desplazadas que vienen de otros lugares y que por la violencia se han radicado aquí en Tumaco y por ende este es el trabajo principal que ellas hacen”, afirma a Efe Ivani Plaza, una de las líderes de Asmudepaz, mientras limpia con maestría en menos de tres segundos un camarón tras otro.
Plaza, como la inmensa mayoría de mujeres dedicadas a este emprendimiento, es mayor de 45 años porque uno de los objetivos de este programa es dar trabajo a quienes por su edad están fuera del mercado laboral, dice el gerente de Tumako Fish, Luis Alberto Rosas.
“Soy una mujer cabeza de familia, tengo tres hijos. Día a día me levanto por ellos y trabajo por ellos, para sacarlos adelante y que ellos tengan un bienestar mejor que el que nosotros pudimos tener”, afirma Plaza.
La mujer cuenta que llegó a Tumaco procedente de Peña Colorada, una aldea en medio de la selva, a orillas del río Mira, de la que tuvo que huir con su familia para escapar de la violencia de paramilitares y las FARC, este último, grupo que por estos días se prepara para dejar las armas y desmovilizar a sus cerca de 7.000 guerrilleros, fruto del acuerdo de paz firmado con el Gobierno.
En la explotación camaronera de Tumako Fish, Plaza y sus compañeras encontraron una forma de ganarse la vida gracias al apoyo que da a esta iniciativa el programa Colombia Responde, financiado con recursos de la agencia de Estados Unidos para el desarrollo internacional (Usaid).
La empresa no considera a las mujeres como sus “trabajadoras” sino como “socias y clientes” pues reciben como paga por sus servicios el 5 % del valor de la factura de ventas de Tumako Fish y hasta el 30 % de la utilidad neta.
“Nuestra apuesta es a generar empleo, generar oportunidades de trabajo (…) y aportarle a la paz, a ser generadores de la semilla de paz que necesitamos”, asegura Rosas, un emprendedor que vende toda su producción en el mercado colombiano pero que sueña con exportar si el Gobierno les da una mano.
Según Rosas, con esta iniciativa y el apoyo de Colombia Responde desde 2015 se busca “mejorar la calidad de vida de mujeres con necesidades básicas insatisfechas” por la ausencia del Estado.
“Como empresa tenemos problemas por la falta de Estado. El conflicto armado nos ha marcado a nosotros en el sentido de que no tenemos ni Estado ni inversionistas privados, eso hace que los insumos y la logística sean mucho más costosos” que en otras partes del país, manifiesta.
Por el atraso, la pobreza y los problemas de violencia que sufren los habitantes de Tumaco, Rosas asegura que están “en desigualdad” con el resto de Colombia porque “no es lo mismo hacer empresa en Bogotá, Cali o Medellín que hacerla en Tumaco, por ejemplo”, aunque los impuestos que tienen que pagar sí son los mismos, algo que, según afirma, el Gobierno debería tener en cuenta.
Tumako Fish produce de manera intensiva camarón blanco, especie nativa del Pacífico, en una planta con decenas de estanques de agua salada construida a pocos metros del mar en la que se hace el ciclo completo de reproducción, lo que le da valor agregado, pues es la única cadena productiva de Tumaco que hace la transformación de la materia prima “y vendemos todo nuestro producto terminado”, dice.
Por el aporte que Tumako Fish hace a la economía y a la reconstrucción del tejido social, Rosas considera que el Gobierno debería apostar a la transformación y la inversión en Tumaco y en general en el Pacífico, una de las regiones más atrasadas del país, algo a lo que “el Estado no puede tener oídos sordos”, ya que es en zonas como esa donde está en juego el éxito del posconflicto con las FARC.
EFE