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Incoherencias

Por: Jorge Eduardo Ávila

Este gobierno nos ha acostumbrado a sus constantes desaguisados, que son permanentes y sistemáticos. Hoy pretendo hacer un análisis corto que, considerando algunas de esas salidas en falso, nos permita concluir que quienes gobiernan no saben hacerlo, que quienes gobiernan no tienen la experiencia para generarle valor a Colombia desde sus encargos, que estamos en manos de un equipo inexperto, inseguro y, para completar, mentiroso.

Empecemos por decir que varios de los cuestionados funcionarios que están al servicio del ejecutivo se mueven como pez en el agua por la administración, cambian de cargos, son el hazmerreír del país y siguen muy campantes. Nombres como los de Laura Sarabia, Hollman Morris, Francia Márquez, entre muchos otros, son criticados de manera permanente por sus salidas en falso, por los errores que han cometido y, curiosamente, se han convertido en los más fuertes enemigos del mismo Petro. ¿Por qué siguen ahí? Pues porque conocen los más íntimos secretos del presidente, de sus cuestionables dinámicas personales que incluyen el uso de drogas, de una vida que poco honra a un gobernante. Sus llegadas tarde a todas partes, cuando se pierde y nadie da razón de él, etc., etc., corresponde a información que sus más cercanos amigos conocen y, por ende, están blindados. Lo que el sanedrín de Petro sabe de él es suficiente para tumbarlo y el guerrillero está sometido a ese entorno perverso para no caer. El hombre tiene los brazos amarrados. Veamos…

El gobierno del cambio, el que siempre criticó el manejo de otros a dineros públicos, los que son de todos, alquiló una casa en Davos, Suiza, por 4.500 millones de pesos, por 3 o 4 días; esto durante el foro que sucede en dicha ciudad, allí se ofrece café, distribuido por una empresa española. ¡Vergüenza!

Tuvimos acceso al valor del mercado que se destina en la Casa de Nariño a la familia presidencial, vimos recibos de más de 30 millones en los que, además, aparecen varios alimentos gravados con nuevos impuestos por este gobierno para desestimular, según ellos, que las familias colombianas los adquieran por atentar contra la salud. Además, hemos visto en los noticieros cómo congresistas del Pacto Histórico, mientras sesionan en el Capitolio, comen hamburguesas, papas fritas y gaseosas, recordándonos aquel adagio que dice que “la ley es para los de ruana”.

Ha sido público el acceso a los gastos de peluquería y maquilladores de la primera dama, Verónica Alcocer, que llegan a los 1.000 millones de pesos. Es increíble que se destinen recursos para eso, el descaro es total. Además, la señora ha viajado sola en misiones oficiales varias veces a costos también desbordados.

El uso constante de un helicóptero por parte de la vicepresidenta, Francia Márquez, al igual que el pago de tiquetes aéreos por parte de ministros como Mauricio Lizcano, por varios millones de pesos, gastos que se generan por no acompañar a Petro en el avión presidencial, son ejemplos adicionales de la falta de planificación y organización del gobierno. Además, dejan en claro que no duele el despilfarro de recursos que podrían destinarse, realmente, al cambio.

Hechos de posible maltrato y acoso en el Ministerio de Trabajo, con la anuencia de la ministra quien parece proteger a los subalternos implicados, es también materia de críticas actualmente. Afectan a Van Camps por ese motivo y ellos lo replican en el ministerio.

Para completar hemos oído declaraciones del ministro de Salud en las que desprestigia la política empleada por el gobierno Duque para enfrentar el covid-19 y el uso de las vacunas, generando desinformación y angustia por lo sucedido. Si por algo el gobierno del presidente Duque debe ser recordado es por la manera eficiente y eficaz como manejó la pandemia, lo que le valió reconocimientos internacionales y el agradecimiento de muchos de nosotros. 

Como ven, muchas incoherencias.

Mientras tanto, Donald Trump ha regresado, barrió en el caucus de Iowa y se perfila como el próximo presidente de los Estados Unidos. Con la situación mundial y local cobró vigencia, esto se ve en las urnas.

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