Entre los distintos aspectos relevantes del mundo de las letras, las artes y la tecnología, abordados durante el desarrollo de la Feria del Libro de Valledupar, FELVA 2024, sin duda alguna lo constituye la gran influencia que cada vez más han venido tomando las Inteligencias Artificiales, IA, en las rutinas normales de la gente.
El tema fue abordado por la rectora de la Universidad del Área Andina de Valledupar, Gelca Gutiérrez, quien con lujo de detalles ahondó sobre las distintas formas en que la tecnología afecta e incide en el ser humano sin importar edades, clase social y actividad laboral.
Precisamente esa fue la primera conferencia con la que se dio inicio a la FELVA 2024 y por tal razón EL PILÓN para la elaboración del editorial de bienvenida a este evento puso a prueba la IA y le pidió hacerlo, cuyo resultado fue sorprendente y muy parecido al texto que de manera previa ya se había elaborado por manos y cerebro humano.
Eso indica que el impacto de las IA en nuestras vidas es innegable y que ya nos toca adaptarnos a ellas porque estas las encontramos en todas partes, tal como lo explicaba Gelca Gutiérrez, advirtiendo que, desde nuestros equipos de teléfonos hasta los sistemas de navegación de automóviles, desde los servicios de atención al cliente hasta los diagnósticos médicos, su presencia ya no es simplemente una promesa futurista; es una realidad que moldea cada aspecto de nuestra vida cotidiana.
Aunque muchos no quieran aceptarlo, este es el mundo que debemos enfrentar y estamos obligados a transformar radicalmente la forma en que vivimos, trabajamos e interactuamos. Las IA intervienen desde las recomendaciones de películas hasta la optimización de rutas de viaje en aplicaciones de mapas. Sin embargo, en todo este proceso de uso de las IA no se puede olvidar el aspecto de legalidad y todo lo relacionado con la ética que deben abordarse con urgencia, porque eso es algo que está en mora de regulación y reglamentación.
“Pero lo único que las maquinas no pueden hacer ni en lo que no podrán superar a las personas es en la visión humana”, precisó Gutiérrez. Lo cual indica que debemos cada día prepararnos y actualizarnos más para que el uso de esta herramienta resulte productivo y no destructivo.
Estamos entonces frente a unos instrumentos que, dependiendo del grado de preparación que alcancemos, pueden ser de gran utilidad para los diversos ámbitos de la vida como el laboral, de la salud, social, educativo, entre otros.
Para maximizar los beneficios de las IA en nuestra vida cotidiana y mitigar sus riesgos, es necesario que le demos un enfoque equilibrado que combine la innovación tecnológica con la responsabilidad ética. Esto implica desarrollar marcos regulatorios sólidos que protejan la privacidad de los datos, promover la transparencia en los algoritmos (datos y frecuencia de usos) y fomentar la alfabetización digital para que las personas comprendan cómo funcionan estas tecnologías y puedan tomar decisiones con suficiente conocimiento de causa.
Bien dice Moisés Wasserman en artículo ayer en el diario El Tiempo sobre el asunto mostrando cómo está volando la IA: “. Espero que en Colombia emprendamos en serio la investigación y desarrollo de la IA y no optemos, como con otros avances tecnológicos, por prohibirla o exorcizar sus peligros con sahumerios”.