Un humo proveniente de una de las habitaciones del pensionado avisó de la mala noticia a los vecinos: Jackson Henríquez Pacheco Flores estaba sin vida en su cuarto en medio de una humareda en el barrio Los Fundadores de Valledupar.
En un desesperado intento por ayudarlo los cohabitantes llamaron a las autoridades y al Cuerpo de Bomberos de la ciudad porque pensaron que el cuarto estaba en llamas, pero una vez llegó el organismo de socorro encontró que era un conato de incendio y el joven no tenía señales de vida.
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Su cuerpo boca abajo yacía en la cama con la ropa que se había colocado aparentemente en las primeras horas de este martes.
“Supuestamente la persona que fallece estaba haciendo unos alimentos y nosotros deducimos que esta habrá dicho, que coloca sus alimentos y se acuesta un rato pero vamos a ver que estos se quemaron y posiblemente el monóxido de la estufa, más los alimentos quemados, lo llevaron a la muerte”, manifestó el sargento Tomas Charris del Cuerpo de Bomberos.
No obstante, esa hipótesis prontamente cambió cuando los policías judiciales llegaron a la escena y trasladaron su cuerpo a Medicina Legal, pues notaron que Pacheco Flores presentaba dos puñaladas en la región torácica.
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Fuentes ligadas al caso indicaron que los indicios apuntan a que Pacheco Flores fue asesinado y posteriormente intentaron quemar su cuarto. O en su defecto, posiblemente lo mataron sin notar que en su vivienda estaba preparando algo.
Las paredes de la habitación donde vivía arrendada la víctima, de 18 años de edad, quedaron negras y los demás objetos del cuarto no sufrieron grandes alteraciones, según reportaron las autoridades bomberiles.
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El joven llevaba unos cinco meses de ser inquilino junto con su mamá en la vivienda ubicada en la transversal 23 con número 17ª-32 del popular sector, pero su madre se marchó a Venezuela y él en el momento estaba solo.
Jackson Henríquez se ganaba la vida trabajando en el Mercado Público de la capital del Cesar.
Por: Marllelis Salinas / El Pilón
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