Día 14 de Julio. Acabo de regresar a mi casa de P. Bello, después de haber asistido esta mañana a un acto público, que multiplica mi alegría.
La inauguración del tramo final de dicha carretera, por parte del gobernador Francisco Ovalle Angarita, acompañado de su distinguida familia, del ministro de la Justicia, Enrique Gil Botero, y de muchos invitados.
A un lado del nuevo puente sobre el río Los Clavos, se develó una placa conmemorativa del nombre de Crispín Villazón de Armas, que es el del puente.
Crispín siempre soñó con dotar de una magnífica carretera a P. Bello. En los últimos años de su vida alcanzó a esperanzarse en la que hemos inaugurado, gracias al interés que tuvo el exgobernador Luis Alberto Monsalvo Gnecco, al actual gobernador, y al contralor Edgardo Maya Villazón.
Algún bendito hado quiso que fuera yo quien agradeciera al gobernador su cordialidad, la de distinguir esa obra con tan sugestivo nombre, quien honorablemente sirvió a la república en diversos destinos, y con amor entrañable también sirvió y amó particularmente a P. Bello.
En esta población se hallan sus fecundas raíces familiares y maduros frutos, representados en sus variadas aportaciones en actividades cívicas y en la agricultura del café. En su finca La Carolina, lo cultivó, y otros productos, con dedicación, a la sazón apropiada por sus hijos, gerenciada por Iván, que le dedica tiempo y amor.
Gracias, pues, al gobernador Franco, ejemplo de servidor público, revestido de incorruptibilidad, sellado con el buen ejemplo de sus ascendientes, Amador Ovalle Padilla, su abuelo, patriarca inolvidable, amigos con mi padre, Adalberto Ovalle Muñoz, su padre, acrisolado exgobernador del Cesar, y su muy distinguida madre, Sarita Angarita de Ovalle, de virtuosas cualidades femeninas.
La vía, servirá eficazmente al extenso territorio del municipio de P. Bello, muy bien gobernado por su alcalde, Juan Francisco Villazón Tafur, cuya capacitación administrativa muy probablemente le asegurará en el porvenir nuevas oportunidades como servidor público.
Pero, sr. Gobernador, sr. Alcalde, pensemos a P. Bello, y su amplia comarca, como un lugar ideal, que nos compromete mancomunadamente, para instituir allí una docencia técnica y tecnológica, especializada, en los cultivos propios de su ecosistema natural, pues con los sistemas tradicionales, estamos estancados. P. Bello puede convertirse, en un grande dispensador de alimentos para la mesa diaria de muchos consumidores, para lo cual no hace falta sino el conocimiento científico de que carecemos. Y huelga hablar de la importancia allí de la industria turística.
NOTA: El parque lineal de Hurtado, amalaya se completara su iluminación, y el Alcalde lo viera como un espacio dador de empleo, en la diversión y el turismo.
Por Rodrigo López Barros-rodrigolopezbarros@hotmail.com