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Inamovibles

Los inamovibles son fundamentales no transables en una negociación. El presidente fue tajante en que las conversaciones “se medirán en meses, no en años”. Dos años después, Márquez advierte que “no estamos en la recta final”.

El presidente anunció que el tercer punto “incluye la dejación de armas y reintegración de las FARC a la vida civil”. Hoy Márquez declara que “conceptos como desmovilización y entrega de armas no existen ni en la gramática del acuerdo, ni mucho menos en el lenguaje de la guerrilla”.

En 2014 el presidente insiste en que “No hay la menor posibilidad de que lleguemos a un acuerdo en donde la guerrilla se quede con las armas”. Hace pocos días, Andrés París riposta que “Nadie va a tener la foto de la entrega de armas de las Farc” y que la dejación de armas “implica la desmilitarización de la sociedad y del Estado”. Léase, la neutralización de todas las violencias y la disminución del ejército. Su última exigencia es un “comando guerrillero de normalización” para la reducción del pie de fuerza y reformas a la doctrina militar.

El Gobierno se sostuvo en una Comisión de la Verdad una vez suscritos los acuerdos, pero cede nuevamente y crea la Comisión de esclarecimiento de la verdad histórica. Para las Farc, su objetivo será “estudiar la violencia partidista, la responsabilidad de los medios, la iglesia oficialista, las potencias extranjeras injerencistas, los latifundistas, empresarios y el sector financiero, hasta nuestros días”. Es clara su intención de diluir la responsabilidad. ¡La culpa es de todos!

“No vamos a negociar el modelo de desarrollo ni las políticas del Gobierno”, pero el primer punto fue el desarrollo rural, como si no fuera parte del modelo y las políticas. El presidente lo explicó bien en julio de 2014: “Cuando hice la comparación sobre lo que yo quería hacer con el campo y lo que estos señores estaban proponiendo, no había una gran diferencia”. ¡Sin comentarios!
El segundo modifica el sistema de participación política, pero Santos explica que “Se trata de un proceso normal que tendríamos que hacer con o sin negociación”. Y el tercero es la política antidrogas, que tiene que ver con justicia, seguridad, relaciones internacionales, economía y salud. Nada de eso, para el Gobierno, tiene que ver con las instituciones ni las políticas públicas.
El Gobierno insiste en referendo y las Farc en constituyente, el Gobierno en que no habrá impunidad y las Farc en que no pagarán cárcel; el Gobierno en que deben reconocer y reparar víctimas, mientras las Farc las halagan en privado y las desprecian en público, y aseguran que “no tenemos nada que repartir”. ¡Pobrecitos!
Las Farc han sido coherentes en sus posiciones y el Gobierno ha cedido en las suyas. ¿Quién controla esta negociación? ¿Por qué se mueven los inamovibles?

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