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Iguales no hay diferencias

Las tropas de la Gran Bretaña comandadas por el Almirante Edward Vernon, intentaron inútilmente quitarle la mayor cantidad de tierras posibles a España, el plan consistía en conquistar lugares estratégicos por eso apuntaron a Cartagena. El propósito inglés emprendido del 13 de marzo al 20 de mayo de 1741 fue inútil, pero fue decisivo, porque marcó el desenlace de la Guerra del Asiento (1739-1748).

 

Existe amplia literatura sobre los detalles de la victoria de las fuerzas españolas, al mando del Teniente General Blas de Leso, las reseñas sobresalientes aseguran la valentía de los hombres de Blas de Leso, la fortaleza del Castillo de San Felipe y la conspiración de los mosquitos que infectaron de malaria a los invasores.

 

Desde entonces han transcurrido 273 años, es probable que en los escenarios académicos este episodio de la historia resulte intrascendental, sin profundidad, sin importancia, no obstante, la osadía del alcalde Dionisio Vélez, ha generado rechazo y reacciones excedidas, habría que cuestionar si estos hechos históricos han sido analizados y estudiados con la misma pasión, fervor y orgullo patrio, con el fin de confrontar las ventajas y desventajas de la conquista española en relación con la infructuosa inglesa.

 

Han sido excesivas las consideraciones en torno a la placa conmemorativa instalada para rendir homenaje a los ingleses caídos durante el intento de toma a Cartagena por parte del almirante inglés Edward Vernon en el siglo XVIII. Entre tanto, es ignorado el proceso de conquista y reconquista española, que como todos los procesos de este orden produjo abusos y saqueos, es más, todavía, convivimos con esta situación, ejemplarizante es el Grupo Fenosa, propietario de la leonina Electricaribe.

 

No se trata de incitar al nacionalismo, sería absurdo en la plenitud del intercambio y relaciones comerciales e intereses geoestratégicos predominante en el mundo, al contrario, pese a la connotación servil de la anécdota, supongo que ese fue el enfoque pensado por el alcalde de Cartagena. En relación con los aspectos comerciales es natural que países como el nuestro y en general latinoamericanos, estén abocados a desarrollar negocios con España en virtud del entendimiento que permite el idioma, pero es innegable el parentesco relativo a la idiosincrasia, especialmente el definido en el incumplimiento de los tiempos, calidad de productos, actividades del cronograma y entrega de los proyectos; al respecto, es menester revisar los constructores encargados del proyecto del túnel de la línea.

 

La polémica por la instalación de la placa se clausura quitándola, el suceso no dejara de ser un hecho anecdótico, que servirá para que el pueblo cartagenero con recelo recuerde a Dionisio Vélez, aunque la intención no haya contribuido en lo más mínimo en la disminución de las brechas sociales tan profundas en la heroica. El camino es reflexionar para construir, Cartagena es una muestra de la realidad nacional, no tenemos a Blas de Leso, tampoco a sus valientes subalternos para neutralizar a los conquistadores que acechan en procura de nuestros recursos mimetizados en la figura que impuso el fenómeno comercial.

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