Con frecuencia escucho a amigos decirle a uno “no le metamos ideología” a los temas tratados; esto sucede porque muchos creen que el concepto ideología se refiere a posiciones de partidos políticos. No es así, ideología es la ciencia de las ideas, no existe nada que pensemos o hagamos que no tenga una ideología; pretender esto es como si detuviéramos la circulación de la sangre. P. ej., la estructura ideológica de una empresa se refiere a su misión, visión y objetivos. También, los partidos políticos se diferencian unos de otros por su ideología; consiste en la forma de mirar y resolver los problemas de un Estado o de una sociedad en particular y asumir una posición ideológica es estar con alguna de estas miradas.
Contra la ideología está la epistemología. Quien no diferencie estas dimensiones se dice que padece de dislexia espacial, equivalente al daltonismo, defecto visual que impide distinguir los colores; a los disléxicos yo les llamo amorfos. Las ideologías políticas suelen ser de derecha o de izquierda. no hay ideologías de centro, es un conjunto vacío. La derecha defiende conceptos como individualismo, propiedad privada, confesionalismo, teologismo, tradicionalismo, statu quo, inercia social; no comparten los procesos inmigratorios ni el intervencionismo de Estado, entre otros.
La izquierda, en cambio, propende por el colectivismo, el laicismo, el reformismo social, el movimiento social y el rol del Estado. Otros conceptos relevantes son: la derecha es centrípeta (este concepto también se lo escuché al papa Francisco hace algunos días) y constriñe al Estado desplazando a las mayorías; a eso yo lo denomino anacondismo, expresión relativa a la anaconda constrictor. Mientras tanto, la izquierda es centrífuga, trata de extender el Estado para que las mayorías disfruten de su acción.
En general, la derecha siempre ha gobernado el mundo, tanto en monarquías como en repúblicas e imperios; Roma tuvo estos tres sistemas de gobierno y siempre gobernó con la derecha. Antes, estas definiciones no se conocían; solo a partir de la revolución francesa se comenzó a hablar de estas dos miradas, pero no por la parte anecdótica de que quienes acompañaban el statu quo de la monarquía, siempre se sentaban de este lado en las deliberaciones con el monarca. El concepto de derecha se ha venido introduciendo en la sociedad desde tiempos bíblicos. Nos han dicho que Jesús subió al cielo y se sentó a la diestra de Dios Padre; 700 años después, Mahoma hizo igual y también se sentó del mismo lado.
Se dice con frecuencia, “hoy inicié mis actividades con el pie derecho”, esto es, todo me salió a pedir de boca. El mensaje subliminal es que lo “in” es estar en la derecha. Ideología de género es un término acuñado recientemente; con este, la derecha dice que la izquierda quiere borrar las diferencias entre hombres y mujeres y que por eso la humanidad se sodomizaría, esto es, “el hombre nace bueno y la sociedad lo corrompe”. Me excusarán los volterianos. Esta interpretación es falsa y hace parte del concepto de posverdad. El hombre y la mujer pertenecen al mismo género acorde con la taxonomía de Linneo, el “homo”, son iguales. También los sectores teocráticos defienden esta tesis, dicen que el hombre viene de Dios y la mujer viene del hombre y que el sexo viene desde la próstata y del ovario. Pero, aquí hay un problema, ni el pipí ni la vulva definen la inclinación sexual, este es un error cromosómico que altera la testosterona y se manifestará con los años de la persona; hasta la naturaleza se equivoca.
La atipicidad sexual es como el poeta, nace, no se hace. La izquierda lo único que propone es que, cualquiera que sea la inclinación sexual de un “homo”, se le deben respetar su condición y su derecho a la igualdad en todas las manifestaciones y ejercicios dentro de la sociedad. A nadie se le está quitando la diferencia, la propuesta se hace buscando equidad. Hay que revisar el concepto “detrás un gran hombre hay una gran mujer” que es peyorativo.
Luis Napoleón de Armas P.