Pensé que mi columna sobre la calamidad de Electricaribe iba a producir más reacciones y opiniones, pues al fin y al cabo al ser tan esencial el servicio que presta y al hacerlo de un modo tan desastroso y haberse reflejado tan negativamente, con tanta fuerza, en nuestro proceso de desarrollo, el eco de lo dicho resonaría, pero fue poco.
Eso me llevó de una u otra a manera a pensar en un tema aunque en apariencia no conexo, y es que nuestra región, y hablo de la Caribe, está casi huérfana de líderes, pues si bien existen algunas personas que dentro de su territorio, contenido en unas divisiones político- administrativas, adquieren notoriedad y seguramente debido a notables ejecutorias y en mucho, lo más, por un interesante mercadeo de imagen, no trascienden dentro de nuestra comunidad que sobrepasa ya los diez millones de habitantes. Despiertan admiración, bien ganada, y hasta ahí, pero no lideran por fuera de los límites de su comarca.
Muchas veces acudimos a la expresión “es que le cabe Colombia en la cabeza” , pero si trato de descubrir esa persona en nuestro territorio y en referencia a él, no encuentro a las que se les permita calificar de esa manera. Pueda que existan, pero no son visibles y eso en materia de liderazgo equivale a no existir.
Un dirigente costeño, que contemple la opción presidencial, debe obtener el reconocimiento de un alto porcentaje de esos diez millones de personas, pero no de cualquier manera, sino con propuestas serias que sean un común denominador para nuestra población. Algo que nos involucre a todos. No puede ser de otra manera. La lucha contra la pobreza, los servicios de salud, la energía eléctrica, para solo mencionar unos pocos. Es aquello que permita dar las gracias al unísono.
Quien va a ser esa persona o grupo de ellas que se sienta o sientan capaces de decir “aquí estoy yo” y emprendan el duro camino para demostrar sus capacidades.
No veo cerca el bautismo de ese mesías pero cómo se expresa popularmente digo: casos se han visto.
Mientras tanto Barranquilla tendrá un bello malecón, Montería una hermosa ronda del Sinú, Valledupar una casa en el aire, en Sincelejo ya llegó el veinte de enero, pero mientas tanto los índices de pobreza, la miseria, tocan un alto y vergonzoso techo. Ese líder tendrá que preocuparse principalmente por eso.