Dr. Walter Arias
Según Beethoven: “La música es un medio de expresar las anhelantes emociones de la humanidad”.
El gozo humano se expresa con música en los diferentes aspectos sociales de las celebraciones cotidianas. Y la celebración se manifiesta en canción.
En cambio, las emociones que podían verse limitadas en el contexto de la prosa, se expresan mediante la poesía de la música.
Leandro ha conseguido emocionar con su música a la humanidad, por la fuerza creativa de su genialidad que despierta la sensibilidad de conmover a los demás.
Las composiciones musicales de Leandro no necesitan explicación alguna, que sugiera entendimiento, no hay que entenderlas, hay que sentirlas y después dejarse llevar por su melodía que nos hace sentir algo, que es la expresión de la esencia del alma de los pueblos, en donde manifiestan los sentimientos y vivencias, bajo el concepto narrativo y pinceladas míticas que potencializa el efecto emotivo.
La expresión instrumental y vocal de todo el espectro de las emociones humanas a través de la música, constituye la gran obra musical de Leandro Díaz. La genialidad de este compositor es la capacidad que tiene para emocionarse y emocionarnos con su música, es de una notoriedad conocer la personalidad del compositor, así como ciertas circunstancias y vivencias que pueden condicionar la temática de sus composiciones y su peculiar forma de expresarse.
Leandro Díaz, que sufre una minusvalía de ser ciego de nacimiento, y sin embargo, no supone obstáculo, supera esta adversidad y otras, y consigue realizar su obra magnifica.
Además, Leandro es una persona privilegiada desde el punto de vista intelectual, como suelen ser las grandes genialidades, la relación es más evidente.
En las alteraciones orgánicas, de lesión como la vista, Leandro con esta limitación, transformó el sufrimiento en valores positivos para buscar con afán de superación el éxito de su monumental obra en la música vallenata.
En la música de Leandro podemos afirmar con razón, que su música ha sobrevivido a través del tiempo, sin pentagrama de por medio, solamente guiada por la inspiración, la improvisación y el sentimiento emotivo que requería el artesanal oficio.