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Hubo acuerdos, pero falta más

La crisis de la salud en el departamento del Cesar parece no tener fin. Después de la denuncia que hicieron hace un mes los representantes de las Instituciones Prestadoras de Salud –IPS- sobre su crítica situación financiera por culpa del no pago de las Entidades Prestadoras de Salud –EPS-, se dio un primer paso para comenzar a sanear la cartera morosa que tiene en jaque a clínicas y hospitales.

La deuda que tienen las EPS en Valledupar asciende a 684 mil 300 millones de pesos, de esta suma 108 mil millones son irrecuperables, es decir, se perdieron, y queda una deuda de 548 mil millones que deben pagar por los servicios ya prestados. Es esta situación la que hizo que las IPS se unieran por primera vez para buscar una salida y continuar prestando el servicio a los usuarios, que al final son los más afectados en esta crisis.

Afortunadamente el gobernador del Cesar, Francisco Ovalle, hizo eco a las denuncias de las instituciones prestadoras de salud y reviso junto con ellas la realidad financiera y pidió en Bogotá apoyo al Ministerio de Salud y a la Superintendencia de Servicios Públicos, que ya hicieron en Valledupar la primera mesa de conciliación y acuerdos de pago. En esta primera reunión lograron 152 acuerdos de pago por valor de 42 mil millones, una cifra que representa menos del 10 % de la deuda total, pero es un avance que no hay que desconocer.

Se aplaude la gestión del mandatario cesarense y de las autoridades nacionales que entraron a mediar en esta crisis. ¿Pero por qué las autoridades dejan crecer el problema, cuando pueden evitarlo? Las deudas de las EPS no son de ayer, ni de hace una semana, esta es una situación sistemática que afecta a las IPS que deben atender a los pacientes con o sin plata. Es una realidad que el usuario final no conoce, pero la culpa de que las clínicas, centros de especialistas y de otros servicios de salud no atiendan o cierren sus puertas es de las EPS que incumplen sus pagos. Es un problema transversal en el país, que aún no encuentra solución, algo falla y no ha habido control, el sistema de salud colombiano toca fondo y será cuando colapse totalmente que entrarán a buscar una solución.

Esta mesa de conciliación y acuerdos de pago es la primera, vendrán más, pero mientras tanto las IPS siguen facturando el día a día. No hay que quitarle el ojo de encima a la salud, la veeduría debe ser de todos: Gobernador, congresistas, ciudadanos, medios de comunicación y usuarios. Ya está bueno de que la salud sea un negocio de unos pocos, cuando es de todos.

Categories: Editorial
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