Sumisas, con baja autoestima y silenciosas. Así describe Janitza Gómez a la mujer que atraviesa por un cuadro de violencia, ya sea físico, psicológico, sexual o laboral. Pese al avance que ha tenido Colombia en el tema de equidad de género, la especialista insiste que hay una competencia que genera este tipo de abusos. La mujer ha llegado a ocupar lugares que antes eran imaginables, pero muchas veces olvida su esencia y la función que cumple en el hogar.
“Estamos en pleno siglo XXI y es lamentable lo que estamos viendo. Las mujeres son abusadas y muchas lo callan”, manifestó la psicóloga.
El PILÓN: ¿Cuál es el perfil de una mujer victima de la violencia?
Janitza Gómez: Una mujer que sufre de violencia sicológica, sexual, laboral y física tiende a demostrar una mirada triste aunque aparentan estar felices, se le ve desvitalizada, siempre está buscando complacer a los demás y se olvida de ella misma. Son incapaces de asumir interiormente lo que sucede y por eso viene la ansiedad, el irritamiento, sentimiento de culpa, inconformismo y con una agresividad por dentro que muchas veces traen pensamientos de llegar a quitarse la vida.
EP: ¿Cuáles son las razones para que se sientan así?
JG: Son muchas y tienen que ver con cada caso en particular. A veces no son entendidas o comprendidas y aceptadas en su rol como mujer, al seguir siendo sumisas ante la sociedad, aceptando el maltrato, la infidelidad, el hecho de quedarse en casa, el maltrato fisco, porque su palabra no vale.
Existen casos en que se da una unión a temprana edad y el hombre se va. Ante esto debe trabajar y deja sus hijos solos, entonces también deben asumir otros roles en su hogar y al tiempo aceptar que la ex pareja siga dándole ordenes. Hoy existe una competencia con nosotras.
EP: ¿Por qué existe esa competencia?
JG: Porque ahora hay más mujeres trabajando en todos los campos. Esas mismas pueden ser madres, esposas y trabajadoras a la vez. Cuando ellos llegan a casa iracundos por cualquier problema, nosotros con una palabra clave le damos la calma que necesitan, sin importar el cansancio siempre debemos mantener esa esencia de la feminidad y ellos lo saben.
Ahora ambos podemos tener el mismo rol en el trabajo y nosotras podemos seguir teniendo también el rol en la casa y ellos no. Por eso se registran casos también en que los hombres son violentados también por las mujeres porque pierden el control y ellas asumen el liderazgo.
EP: ¿Quién visita más a su consultorio, hombres o mujeres?
JG: Los hombres, en un 60%, la mayoría van por alteraciones en su trabajo, por lo que son sometidos y temen perder su empleo y por ello pierden el sueño y presentan trastornos.
EP: ¿Y el acoso laboral?
JG: Las mujeres tienen acoso laboral cuando no son escuchadas en sus malestares, porque el jefe se aprovecha de su condición de mujer o por la mala concepción sobre ellas. Algunos empleadores piensan que la mujer tiende a enfermarse todo el tiempo, palabras inadecuadas en público y otros abusan del poder para ponerle más cargas.
EP: ¿En qué otros casos se trasgrede a la mujer?
JG: En sus relaciones de pareja. Hoy se maltratan en muchas modalidades, son maltratadas cuando hay infidelidad, porque si aceptan o no el hecho de que el compañero tenga otra mujer, igual se están dañando sicológicamente. Los pensamientos lastiman y poco a poco llevan a la depresión.
Pero por el contrario la infidelidad de la mujer sigue siendo más marcada que la de los hombres. Las mujeres saben que tienen una piedra en el zapato y siguen caminando incómodas. Prefieren seguir siendo vulneradas. Aunque se sientan que no son amadas y no respetadas callan y se va formando un sentimiento de culpa hasta llegar a los síntomas más crónicos de la violencia.
EL: ¿Por qué se dan estos casos?
JG: Muchas veces no forjamos desde la niñez una personalidad definida. Hay una disfunción familiar porque se cambiaron los roles, papá y mamá se van a trabajar y el niño queda solo. En otros casos están los padres pero no hay una buena comunicación. El niño escucha a los papás peleando y crecen con eso, salen y encuentran algo que los alivie y se apegan a eso, pueden ser las drogas, los juegos, relaciones sexuales, etc. Ellos continúan con esos vacíos y cuando grandes afrontan la vida de la manera como la vivieron, y tienen sus propios hijos y la cadena generacional sigue con los mismos problemas y en mayor grado. Por eso es importante sensibilizar a los núcleos familiares.
Se necesita comunicación, si aprendemos a escuchar hasta en el silencio, conoceremos lo que está sucediendo. Comunicación conmigo primero, luego con mi pareja y después con nuestros hijos.
EP: ¿Qué soluciones hay para que la mujer supere estas problemáticas?
J.G: En este momento la mujer tiene muchos derechos, tiene oportunidad, por eso no deben callar, porque nuestras ideas, pensamientos y dolores también son escuchados, se debe aprovechar que la parte gubernamental está prestando atención, a que no haya violencia y que sea respetada.
Hoy se escucha a la mujer, por cada maltrato que se presente hoy tiene la oportunidad de acudir a una cita psicológica, a las autoridades para denunciar y hacer respetar los derechos.
En primer lugar la mujer se debe amar. La invito a que se ame, se abrace, a que reconozca que es primero ella y luego los demás. Deben aprender a valorarse, a quererse y conseguir lo que quiere para sí misma y para los demás.
Por Tatiana Orozco Mazzilli
Tatiana.orozco@elpilon.com.co