Con alborada de bandas y tamboras amaneció el municipio de El Paso, en el marco de las festividades del Centenario de Gilberto Alejandro Durán Díaz, más conocido en el mundo musical como Alejo Durán, quien se coronó como el primer rey vallenato en el año 1968.
En la programación está prevista la visita a la casa museo Alejo Durán, un conversatorio de la vida y obra de este juglar; reconocimientos al artista samario Carlos Vives, a la ministra de Cultura, Carmen Vásquez Camacho; al presidente de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata, Rodolfo Molina, y al intérprete Moisés Angulo.
Así mismo, se contempla la proyección del render del parque temático y escultura de Alejo Durán Díaz, presentación musical de la dinastía Durán y grupos vallenatos de la región. La noche será amenizada con la presentación de Farid Ortiz.
Al respecto, Luis Durán Escorcia, sobrino del homenajeado, manifestó: “Este es un evento magno, donde se van a reunir todas las diferentes clases sociales, todas las personas de colores diferentes; se van a reunir artistas, políticos, familiares. Es un homenaje que es la consecuencia del amor que un artista humilde de nacimiento y de corazón grande dejó como legado”.
Por su parte, Nafer Durán, el único hermano de Alejo Durán que aun vive, dio a conocer su agrado por la exaltación que brindará el Ministerio de Cultura, con el apoyo de la administración de El Paso y Gobernación del Cesar. “Es emocionante ser testigo de estos homenajes que le llenan el alma de alegría. La dinastía Durán sigue vigente. De los 19 hijos que están vivos de Alejo dos son acordeoneros: uno vive en Planeta Rica, Córdoba, y otro en Codazzi, Cesar. Yo tuve cinco hijos que saben tocar acordeón y algunos son compositores, pero ellos hicieron su carrera universitaria y viven de ello; solo Jader toca con ‘El rey de los pueblos’”, subrayó.
ACERCA DEL HOMENAJEADO
José Manuel Vergara, biógrafo del primer rey vallenato de la historia, se refirió en Radio Nacional de Colombia a su arte así: “Alejo Durán se diferenciaba cada vez más de sus compañeros de oficio. No se limitaba a relatar las cosas que acontecían en los pueblos, como lo hacían los demás acordeonistas, sino que las fustigaba con su criterio personal, ya de manera directa como en ‘Evangelina’, ya indirectamente como en ‘Hombre de malas’, ‘El parrandero’, ‘La lengua’ o, finalmente, con sutileza e ironía como en ‘La perra’ o ‘La fortuna’”.
Para 1968 había logrado dominar un estilo propio en todos los aires y adicionalmente su más fuerte contendor en la competencia del Festival de la Leyenda Vallenata, Emiliano Zuleta Baquero, fue descalificado al no atender los llamados del jurado a presentarse en la tarima de la casona de Hernando Molina, donde se realizaba el concurso. En 1987, mientras concursaba en busca del primer trofeo al ‘Rey de Reyes’, el mismo digitador reconoció haberse equivocado en un segmento de los bajos de la puya, bajando del escenario y dejándole el camino libre a otro justo contendor, ‘Colacho’ Mendoza.
ANNELISE BARRAIGA RAMÍREZ/ EL PILÓN
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