Con su lápiz negro número 2, tajalápiz y borrador, más de 16.000 estudiantes enfrentan hoy las pruebas Saber en el departamento del Cesar. Queremos desde ya desearles éxitos a todos los jóvenes que se disponen a atender esta cita con los medidores del Estado para el desempeño de los estudiantes en el país.
De su concentración y de poner en práctica lo aprendido en el aula dependen los resultados, que no solo son cifras individuales que ubican a los estudiantes en un lugar bajo, medio o alto que les otorgue beca o reconocimiento, sino el digno posicionamiento del departamento en el ranking nacional.
Es un buen momento para analizar la situación. El Cesar, según los resultados del 2018, ocupó el puesto 19 entre los departamento de Colombia. Quisiéramos estar entre los primeros 10; las cuatro horas y media que dura la prueba y las 221 preguntas que contiene son apenas el ‘espacio’ destinado a demostrar qué tanto avanzamos o no en educación este año.
El sábado 19 de octubre, a través de la página del Icfes, se conocerán los resultados, apenas ocho días antes de las elecciones regionales, y si por esos días hay debates políticos con seguridad será el tema de discusión. Entonces serán ellos, candidatos a alcaldes, gobernador o gobernadora, concejales y diputados, los que vayan a una prueba de saberes, y les preguntaremos qué proponen para mejorar la educación en el Cesar, un departamento aún perseguido por el fantasma de la corrupción en el manejo de los recursos: PAE, contratos de infraestructura, entre otros. Un territorio en el que aún hace mucha falta mejorar las condiciones de los maestros, elevar sus calidades, y superar otros factores como la accesibilidad a zonas rurales, que llegue la tecnología y hasta el agua y otros servicios básicos. La situación es vergonzosa, los resultados de estos factores negativos son visibles todo el tiempo de diferentes formas; las pruebas Saber solo nos confirman, con medidores objetivos, si avanzamos o seguimos en la mala hora de la educación.
En cuatro horas y media, consideramos, nuestros estudiantes no solo ponen a prueba sus calidades académicas fortalecidas en simulacros previos, ponen a prueba sus 11 años en las aulas, el aprendizaje con decenas de maestros en distintos ambientes escolares. Y es allí en donde cobran vida los cuestionamientos a esas calidades ofrecidas a la comunidad educativa para que dé buenos resultados.
Familia, escuela y sociedad parecen seguir separados y solo el docente afronta los embates de un panorama complejo en la formación de los niños. Eso también pasa factura.
Hoy es un gran día para toda la comunidad educativa de la cual hacemos parte como miembros de la sociedad. EL PILÓN desea éxitos y espera que los resultados este año sean mejores, no solo para cada uno de los estudiantes sino para la educación del departamento, que debería estar en mejores lugares a nivel nacional.