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Hospital Rosario Pumarejo de López y la Red Pública de Salud del Cesar

Para contextualizar, quiero hablar de unas cifras que develan la situación financiera que vive el Hospital Rosario Pumarejo de López. Aclaro que las cifras que se presentan son a corte 31 de diciembre de 2019, y son tomadas a partir de un informe presentado por el entonces gerente de la entidad, Armando Almeira Quiroz, a la Asamblea Departamental del Cesar, en el mes de febrero de 2020.

DATOS DE LA REALIDAD FINANCIERA DE LA ESE

A corte diciembre de 2019, el Hospital Rosario Pumarejo facturó por la anualidad un valor superior a los $116.000 millones, cuyos mayores deudores son EPS régimen subsidiado y la Secretaría de Salud Departamental del Cesar. De eso, la ESE solo recaudó un poco más de $68.000 millones. Los gastos comprometidos anuales para la prestación del servicio ascienden a $104.000 millones de pesos.

Si comparamos el recaudo de la ESE frente a sus gastos, un análisis sencillo nos permite observar que el HRPL tiene un déficit por recaudo del 35 %. Es decir, por cada $100 que el HRPL gasta, solo recauda $65. Así, el déficit del año 2019 superó los $36.000 millones.

El HRPL tiene una cartera acumulada que supera a los $108,7 mil millones de pesos, de los cuales: el 48 % ($52.000 millones) lo adeudan las EPS del régimen subsidiado y el 35 % ($38.000 millones) secretarías departamentales. De esta cartera hay que advertir que aproximadamente un 26 % ($29.000 millones) es de difícil recaudo por estar representada en deudas de empresas con medida especial o en liquidación, entre ellas: Comfacor, Saludvida y Emdisalud.

La Secretaría de Salud Departamental del Cesar le adeuda a la ESE por concepto de atención a la Población pobre no asegurada, PPNA, una cifra superior a $16.000 millones (PPNA nacionales) y $15.000 millones por atención de extranjeros, es decir, la deuda del departamento con el hospital supera los $30.000 millones.

La ESE tiene pasivos contabilizados por $69,6 mil millones de pesos. Importante resaltar que de esta deuda un porcentaje muy importante corresponde a contingencias judiciales (36 %) y cerca del 19 %, que corresponde a más de $13.000 millones a los trabajadores de la ESE. Esas deudas con los trabajadores supera para algunos los seis meses de mora, pero para otros son hasta 10 los meses adeudados.

Está demostrado entonces que la operación corriente de la ESE está desfinanciada, pues recauda en promedio 35 % menos de lo que gasta. Y como corolario de lo anterior, la crisis financiera en el arranque de 2020 agudiza. La ESE que hasta 2019 facturaba en promedio $6.400 millones de pesos mensuales, ha mostrado importante decrecimiento por reducción de nivel de ocupación, y esto indica que el déficit inexorablemente crecerá.

¿CUÁLES SON LAS ALTERNATIVAS EN EL CORTO PLAZO?

El Hospital Rosario Pumarejo de López necesita recuperar un valor significativo de su cartera en el corto plazo. Si los dos principales deudores son las EPS del régimen subsidiado y la Secretaría de Salud Departamental, pues es en manos de estas está la suerte de nuestra ESE.

Del Gobierno nacional se requiere que resuelva el pago de la deuda de la atención de la población migrante que como dije, supera los $15.000 millones. Pero además, garantizar que con los recursos del acuerdo de punto final se garantice que las EPS giren directamente a la red pública la importante deuda acumulada.

Del departamento se requiere que cubra la deuda de atención de PPNA nacionales, que puede superar los $16.000 millones de pesos. Hoy el gobierno departamental puede hacerlo a través de las facultades que se han dispuesto, entre otros, por el Decreto 512 de 2020, para afrontar el estado de emergencia económica, social y ecológica, y le permite realizar movimientos presupuestales para atender materias que tengan relación directa con la crisis. ¡Esto se requiere ya!

Estos son los recursos que servirían para pagarles a los profesionales de la salud que arriesgan sus vidas cada día, dejando sus hogares desprovistos de las garantías de tranquilidad financiera. Pensemos en lo que significa un paro en plena pandemia, pensemos en el ya gris futuro del hospital si su facturación sigue decreciendo.

Y por cierto, merecemos una explicación sobre los despidos que están ocurriendo en el Hospital Rosario Pumarejo de López. Nada más inhumano, que en plena pandemia, despidan a los trabajadores y los manden sin un peso para sus casas. Por Dios, que no sea esto más de lo mismo, la nueva administración buscando acomodar sus parcelas de poder y llevando la política rastrera al moribundo hospital.

Entre otras cosas, el gobierno departamental nos ha informado que el Cesar hoy cuenta con la habilitación de camas UCI en el Hospital José David Padilla Villafañe. Pero en intervención de fecha 30 de abril, en la emisora Campo Serrano de Aguachica, el señor alcalde, Robinson Manosalva, informa que la UCI no está funcionando. Es urgente que el gobernador, o el grupo ARCE, dueño de este servicio que presta en la modalidad de tercerización, nos aclaren qué es lo que pasa, porque si no funciona este cuidado intensivo, y el Hospital Rosario Pumarejo solo tiene hasta hoy 5 camas de UCI en operación… ¿cómo vamos afrontar el cese del confinamiento?

Finalmente un mensaje directo al gobierno departamental: es necesario repensar las prioridades de inversión del cuatrienio y las apuestas estratégicas del Plan Departamental de Desarrollo. Se requiere concentrar esfuerzos en la salud y la calidad de vida de la gente. Salud y trabajo serán las mayores demandas de nuestro territorio en los próximos tiempos, y allí deberían estar nuestros recursos, por el bien de todos los que habitamos este bonito territorio.

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Claudia Margarita Zuleta Murgas: