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Homenaje a Rita Fernández en la UNAD

La Universidad Nacional Abierta y a Distancia, UNAD, sede Valledupar, realizará el 17 de noviembre un evento académico para reflexionar en torno al legado cultural y social que aporta la música vallenata a la región Caribe, a Colombia y al mundo. En el marco de la programación se hará un homenaje a la maestra compositora, acordeonera, pianista y cantante Rita Fernández Padilla.

En Rita el amor por la música es genético, su madre María del Socorro Padilla era profesora de piano, y su padre Antonio María Fernández Daza tocaba el tiple, la guitarra y la bandola. 

Nos cuenta Rita que llegó de vacaciones a Valledupar, conoce a Gustavo Gutiérrez y le encantaron sus melodías. Allí encontró un espacio para poder expresar su creatividad musical como compositora. La primera melodía vallenata de su autoría, que tocó en el piano, no tenía letra; pero cuando la escuchó su primo Alonso Fernández Oñate le puso la letra y la tituló ‘Romance Vallenato’: “Cántole a mi tierra con música de ternura, oración del alma, de un acordeón que murmura…”.

El paisaje musical de Valledupar la cautivó para siempre. Las

noticias del primer Festival (Valledupar en 1968) la motivaron

a crear el conjunto Las Universitarias. Participaron en el festival como invitadas, y al año siguiente se vuelven a presentar. 

En 1970, en la disquera bogotana Bambuco, realizan su única grabación. Dice Rita que viajaron por varias ciudades de Colombia, y países como Panamá, México, Venezuela y Estados Unidos. La fiesta les duró poco, porque los novios de Las Universitarias les dieron un ‘tatequieto’ de celos.  “Yo tenía novio y sentí que el amor me condenaba a dejar la música, y preferí la música”.  

Rita, libre de espíritu, emprendió su gran obra musical. Es una diosa en la sinfonía azul del mar. Las contemplaciones del mar azulado y de la lejanía turquesa del cielo pincelaron las páginas de su memoria.

Hay un misterio en el azul, es fresco y relajante, en la antigüedad se le asociaba con el infinito, la inmortalidad, la realeza y lo sagrado. El azul está presente en muchas de sus canciones. En ‘Romance vallenato’ dice: “Cántole a la sierra/ azul en su lejanía…” Y en ‘Grandeza de mi Dios’: “El cielo se viste de azul/ se siente fresca la mañana”.

‘Romance de San Andrés’ es una evocación de su infancia por el mar en Santa Marta, y es la poeta soñadora que se transforma en gaviota: “Lejos se ve una gaviota/ casi perdida en la altura/ del cielo de San Andrés…”. Finaliza esta canción con una imagen de exquisita belleza: “San Andrés es una esmeralda entre palmas/ que se cayó en el Caribe/ donde el

amor se revive/ porque ahí respira el alma”.

El Himno a Valledupar es una excelsa obra donde se comprueba que la musicalidad en la poesía no es solo la rima, es también el ritmo y el juego eufónico de los acentos. Quien ejecute una obra en este estilo es porque tiene talento y fundamentación musical. 

Rita desde niña recibe las clases de piano de su madre, y posteriormente estudia en la Escuela de Bellas Artes de Santa Marta.

Por José Atuesta Mindiola

Categories: Columnista
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