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Himnos folclóricos: Ausencia sentimental, Luna sanjuanera y Villanueva mía

Desde niños nos enseñan que el himno nacional es uno de nuestros símbolos patrios. Cuando vamos creciendo y nuestra vida social se vuelve más activa vemos como este cántico llena de solemnidad y protocolo los eventos y celebraciones importantes en las que participamos.

Según la definición de la Real Academia de la Lengua Española (RAE, 2022), se podría decir que los himnos son cánticos para mantener vivas tradiciones religiosas, hechos políticos, militares, competencias deportivas, además expresar sentimientos de felicidad y las tradiciones e identidad de los pueblos. En otras palabras, más que canciones, estos se han convertido en símbolos que representan y honran los eventos importantes de un país, una población o una organización.

Con el paso del tiempo, este importante subgénero de la lírica ha logrado mantenerse y extenderse a muchas zonas del mundo, destacándose los himnos religiosos, nacionales y deportivos (Tipos de arte, 2022), los cuales llenan de magnificencia los actos públicos donde resuenan y para orgullo de todos los que los interpretan.

Cuando se habla de himnos religiosos encontramos que los principales y más representativos cánticos son los salmos que el Rey David cantaba en señal de alabanza, adoración y reverencia a Dios. Estos 150 himnos en total, los podemos encontrar en la biblia, siendo los Salmos 91-23-51-34-27 los más destacados y cantados en las celebraciones de los pueblos con religiones afines al cristianismo alrededor del mundo.

Respecto de los eventos políticos o militares, encontramos el himno ‘Coronation Anthems’, del compositor alemán Georg Friedrich Händel, que la monarquía británica usó para la coronación del Rey Jorge I y Jorge II de Gran Bretaña e Irlanda. Coronation Anthems está compuesto por cuatro himnos (‘Zadok, the Priest’, ‘My heart is inditing’, The king shall rejoice y ‘Let thy hand be strengthened’) siendo ‘Zadok, the Priest’ el himno que enamoró a los británicos y ha sido el tema oficial de las últimas ocho (8) ceremonias de coronación desde Jorge III hasta la reina Isabel II.

Desde lo deportivo, la Unión de Asociaciones Europeas de Fútbol (UEFA) incorporó desde el año 1992 una adaptación del himno ‘Zadok, the Priest’ del músico Tony Britten, convirtiéndolo en el himno de la Champions League.

Este es el emblema musical de esta competencia, sonando al inicio de cada encuentro y en los spots publicitarios que anuncian cada partido (Alfred López, 2018).

De todas las tradiciones y expresiones culturales que se realizan en Colombia, los festivales de música vallenata son unos de los más importantes que existen en el país. Ahora bien, gracias al realismo mágico que motivó a los fundadores del festival de la leyenda vallenata (Valledupar, Cesar), Cuna de Acordeones (Villanueva, La Guajira) y Nacional de compositores (San Juan del Cesar, La Guajira), estos elementos que identifican a cada tipo de himno expuesto son parte fundamental de estas fiestas.

La evidencia nos muestra, que los festivales se desarrollan en el marco de las celebraciones religiosas del santo patrono del pueblo y, cada año actuado como un tipo de monarquía musical se coronan reyes, los cuales a diferencia de las realezas europeas no heredan sus títulos reales a sus descendencias, sino que son obtenidas después de exponer sus habilidades artísticas, creativas y musicales en las distintas competencias de acordeoneros, verseadores, compositores, bailes (piloneras) y demás concursos delante de su pueblo.

Con tal grado de importancia y por ser eventos trasversales a muchas actividades sociales, al igual que los países, las comunidades religiosas y las competencias deportivas, nuestros festivales vallenatos tienen sus propios himnos siendo estos, ‘Ausencia sentimental’ del compositor Rafael Manjarrez el tema del Festival de La Leyenda Vallenata, la canción “Luna sanjuanera” de Roberto Calderón el himno del Festival de Compositores y el tema “Villanueva mía” de Hernando Marín Lacouture del Festival Cuna de Acordeones, los cuales con hermosas melodías y letras recogen el sentimiento de todo un pueblo que convierten estas fechas en un ecosistema de intercambio de emociones y tradiciones, con actores de tipo religioso, político, cultural, económico y académico de todas partes del mundo.

Muchos consideran a La Marsellesa (La Marseillaise), himno de Francia compuesto por Claude Joseph Rouget de Lisle, un cántico lleno de componentes emocionales, rítmicos y melódicos sumamente enriquecedoras que le han permitido el calificativo de ser el más hermoso del mundo. Sin embargo, para los nacidos en la provincia vallenata, no importa dónde estén o a dónde vayan siempre que son escuchados o cantados sus himnos folclóricos avivan el fuego de los corazones y despiertan un cúmulo de emociones cuando ese fragmento sonoro rico en melodías, historias y narrativas poesías penetra en lo más profundo de sus almas, trayendo al presente los recuerdos del santo patrono del pueblo, de las competencias disputadas bajo el palo de mago en la plaza, de los reyes ganadores en cada competencia, el abrazo en familia o con amigos y las parrandas inolvidables que se viven cada año.

Fabian Dangond Rosado ‘El parrandero’/ Especial para EL PILÓN. 

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