Las vacaciones son el momento ideal para que los niños disfruten de diferentes actividades al aire libre: playa, piscina, montañas y parques, y son estos los momentos en los que hay que tener mayor cuidado con su hidratación.
En los pequeños no debe recaer esta importante tarea, pues están entretenidos y no sentirán sed hasta que esté comenzado la deshidratación; es por esto que es importante aumentar la cantidad y la frecuencia de ingestión de líquidos debido a las altas temperaturas que aumentan la traspiración.
Nuestro cuerpo requiere que le aportemos la cantidad de agua que pierde en cada una de las actividades realizadas, a través de la respiración, sudoración y evacuaciones. Por este motivo se recomienda que un niño de 2 a 3 años de edad consuma 1.3 litros al día y uno de 4 a 8 años 1.6 litros.
¿Por qué es importante mantenernos bien hidratados?
La nutricionista Yadira Cortés responde que el organismo debe estar bien hidratado para poder realizar mejor el transporte de los nutrientes a las células y la eliminación de los desechos por la orina, las heces y la transpiración. “Así mismo, una buena hidratación en los pequeños mantiene lubricadas sus articulaciones, tendones y mucosas, lo que previene dolores articulares y musculares y afecciones respiratorias, bien comunes durante las vacaciones escolares de los niños. También hay algo muy importante, es que el cuerpo necesita termoregularse al estar expuesto al sol y el calor absorbido es liberarlo a través de la transpiración de la piel, una función esencial cuando el niño está en pleno movimiento y en los días de más calor”.
Para evitar la desidratación los padres tienen varias opciones. La primera es el agua, pero desafortunadamente al ser una bebida insabora es rechazada por algunos niños, por lo que existen otras opciones que además de hidratar pueden cumplir la función de nutrir como los jugos naturales, las bebidas de malta y la leche.
El sabor y la diversidad de las bebidas son dos factores que favorecen la ingesta de líquidos y ayudan a mejorar el estado de hidratación.
Recomendaciones para que los niños no se deshidraten en vacaciones:
· Haga que el niño consuma líquidos antes de salir a jugar y recuerde llamarlo frecuentemente para que se siga hidratando.
· Cuando la temperatura sea muy alta, haga que su niño tome una pausa o por lo menos cambie la actividad y la realice bajo la sombra.
· Tenga a la mano las bebidas favoritas de su hijo o anímese a innovar y prepárele bebidas divertidas.
· Aproveche las opciones de hidratación que ofrece a su niño para que también sean una fuente de nutrición, por ejemplo, utilice jugos naturales bajos en azúcar, leche y bebidas de malta que le aportan agua y nutrientes adicionales que favorecen su crecimiento y desarrollo.
· Recuerde que algunos alimentos tienen un alto contenido de agua y pueden contribuir a una adecuada hidratación: frutas enteras como la sandía, la naranja, la mandarina, el melón o las fresas en los refrigerios; y verduras como el tomate, el apio, la lechuga, el pepino y la zanahoria como ensalada en el almuerzo o cena.
· Para evitar la deshidratación en los aviones, se recomienda ingerir un vaso de líquido de unos 250 ml por cada hora de duración del viaje en avión.
Signo de alerta
En los bebés y niños pequeños el vómito y la diarrea son las causas más comunes de deshidratación. Los síntomas de alerta incluyen el llanto sin lágrimas, piel, boca y lengua secas y agrietadas, ojos hundidos, piel grisácea y disminución de la orina.
Fuente: 2waycomm