Como un compendio de acontecimientos vividos por un sacerdote católico, que en palabras del autor representa “la forma como muchos religiosos convivieron y conviven con la ruptura de su juramento eclesiástico, arrinconados y obligados por el pecado, a llevar ante la sociedad conciencias de conveniencias”. Así describe Hernán Gutiérrez Hernández su libro “Sueños eróticos de un obispo”, cuya presentación en Valledupar será este viernes.
“Es el resumen o compendio de experiencias de sacerdotes de la Iglesia católica que han tenido su vida en dos fases; que cuando me conviene ser hombre soy hombre y cuando me conviene ser religioso lógicamente tengo que convertirme en religioso. En esa conciencia de conveniencia han surgido en el Caribe una serie de esos hombres y personas que han tenido su vida normal y relaciones e incluso hogares”, asegura Gutiérrez Hernández.
Cuenta el autor que, a lo largo de tantas experiencias recogidas, “el personaje principal nace, según los caprichos infundados del párroco de pueblo, iluminado para iniciarse en el camino de la santidad, quien lo hace monaguillo por apreciar en él aparentes dotes espirituales desde que lo escuchó con apenas tres años de edad, recitar el rosario matutino con sus respectivas jaculatorias”.
Los elementos básicos de lo narrado en esta obra están expresados en la vida misma del primer cura nacido en San Isidro de la Sierra Zerankua, convertido en protagonista con la investidura de obispo, quien sería la base troncal de un árbol genealógico sacrílego, pero sin el reconocimiento de su apellido, ramificado en cada uno de los pueblos por donde pasó.
“No se trata de inventar sino de decir las cosas tal como sucedieron. Experiencias que uno va encontrado, vividas y de amistades. Y de esa transmisión oral que se va haciendo de pueblos, ya aquí habrá algunos que te podrían estar hablando del siglo pasado, cuestiones que han venido diciendo pero que nunca se han dicho en un libro. Que el sacerdote tal tuvo su familia, que el sacerdote tal tuvo sus mujeres y aventuras, pero nunca se había dicho y yo recogí esas experiencias”, recalca Gutiérrez.
En la reseña del libro se habla de los Jinetes Blancos, una misteriosa organización clandestina dedicada entre muchas cosas a diferentes tipos de hechicería, que se encargaron de descubrir la vida profana que llevó este sacerdote “con agraciadas que pasaron por su intimidad sexual”. “Narran que así, detalladamente, están descritos en cuadernos sueltos encontrados entre ruinas dejadas por las guerras domésticas, los sueños eróticos del obispo, que se cree, fueron escritos por el prelado e impresos en España, bajo la autoría seudónima de Silvestre Mendoza”, dice tal reseña.
“No es uno solo, en Caribe se hizo esto costumbre, pero nadie ha tomado esto como algo malo, realmente no es malo, es una cuestión normal del ser humano, pero nos da siempre el temor de tocarlo”, concluye Gutiérrez.
‘Sueños eróticos de un obispo’ será presentado en un conversatorio promocional de la última obra del escritor kankuamo que se llevará a cabo a la 5 p. m. en el auditorio de la Cámara de Comercio de Valledupar.