El verano que afecta gran parte del territorio nacional ha dado mucho de qué hablar y es claro que para mitigar esta situación hace falta bastante por hacer, por parte de la ciudadanía y del sector público y privado.
Rodolfo Quintero Romero, aseveró que lo que está sucediendo no es algo nuevo “sorprenderse porque aquí llegue el verano es como si los alemanes se sorprendieran de la llegada de la nieve.
Cada año enfrentamos los rigores del verano y las recurrentes muertes de ganado, escasez de pastos y la reducción de la producción de leche, entre otros.
Es cierto que el fenómeno es cada vez más intenso pero si contáramos con infraestructura física y biológica para contrarrestarlo podríamos prevenir y mitigar el daño que este causa, pero todos sabemos que la imprevisión, el fatalismo y las lamentaciones son parte cardinal de nuestra cultura provinciana”, explicó.
De acuerdo con lo expresado por Quintero, es fundamental que en Colombia se opte por un modelo de desarrollo humano sostenible basado en una economía verde, donde se tenga en cuenta el uso racional de los recursos naturales y la protección del medio ambiente.
“Es fundamental robustecer el territorio, el ecosistema, para que pueda atenuar el impacto del verano, y eso se logra incrementando la cobertura vegetal con reforestación y revegetalización del bosque nativo, sobre todo en toda las cuencas hidrográficas; recuperando los ecosistemas degradados y educando a la población en el uso racional del agua y el cuidado a la naturaleza”, enfatizó el dirigente cívico, quien agregó que “para ello necesitamos instituciones fuertes y comprometidas pero la tragedia es que Corpocesar, quien tiene la misión de conservar los recursos y proteger el medio ambiente, está neutralizada por factores de poder existentes en la región que le impiden cumplir con su deber.
En otras palabras, está capturada por sectores políticos y gremiales que la hacen inoperante. Por otra parte, tampoco los municipios cumplen con sus obligaciones pues están obligados a invertir el 1% de los ingresos corrientes en reforestación de las cuencas de los ríos aportantes a los acueductos y ninguno de los municipios del departamento ni de la región Caribe lo hace; agréguele que no hay un compromiso de la ciudadanía con respecto al uso racional del agua potable. Valledupar es la ciudad colombiana de mayor consumo por persona de agua.
Nada extraño si, como se sabe, tratamos tres veces la cantidad de agua que requiere una ciudad de cuatrocientos mil habitantes. Pero es que aquí utilizamos el agua potable hasta para darle de beber a los animales y lavar carros”.
Del mismo modo, Quintero denunció que existe en Valledupar un “cartel del agua”, algo parecido a lo que se conoce como el “Cartel de la gasolina”.
Afirmó que “hay carrotanques que venden el agua potable que roban en Valledupar y la venden en poblaciones tan distantes como Plato y Zambrano en el Magdalena; Chimichagua en el Cesar y Maicao en La Guajira, sin que la policía haga algo al respecto”.
“La situación es muy grave y será peor en el futuro mediato. Por eso el próximo gobernador y los próximos alcaldes deben asumir la gestión del agua como el principal problema a resolver en el Cesar. Todos los planes de desarrollo y el POT de Valledupar deben construirse teniendo presente acciones de adaptación y mitigación del cambio climático, cuyo impacto en la economía regional y el bienestar colectivo es innegable”.
Por Freddy Oñate Acevedo / EL PILÓN
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