Me enteré a través de la página web de la universidad Popular del Cesar (UPC) que, el próximo 29 de octubre, se realizará el Primer foro virtual “Educación rural para la ruralidad”, con la participación de siete extranjeros, a quienes seguramente les pagarán honorarios en pesos o dólares, la cifra la desconozco.
Tengo varias preocupaciones del evento. Inicialmente el título del certamen es impreciso, la palabra ruralidad no la tiene contemplada la RAE. Además, la expresión “rural para la ruralidad” podría significar que se tratará un tema, olvidando al campesino en lo citadino como ser productivo.
Me inquieta que no aparecen docentes de la UPC en la bandeja de expositores; es decir, es una convocatoria escueta. Varios docentes consultados manifestaron su descontento por la forma como se anuncia el foro, sin la participación de ellos.
Es muy cierto que el consenso nacional sobre las necesidades de la educación colombiana aún no se ha logrado y las distintas posiciones parecen distanciarse más que acercarse, máxime cuando se abordan temas como el de los contenidos curriculares, muchos de los cuales son adoptados, externos, y no producto de un diagnóstico comprometido con la realidad de la educación y sus necesidades.
En un libro reciente que me editó la UPC, denominado “Una Nueva Escuela Nueva” recordé que la educación, para que sea efectiva, debe ser siempre actualizada. Los currículos no pueden ser vistos como un simple convencionalismo de temas a tratar, sino como una carta de navegación conceptual en el proceso educativo, en el sentido que deben ser más generales, pero, al mismo tiempo, más abiertos y receptivos.
Aunque desconozco la agenda de los panelistas, en este Primer Foro, se debe reclamar la atención de las autoridades, para brindar más atención a la propuesta de Una Nueva Escuela Nueva, para dejarla de ver como un modelo rural de educación y asumirla como un componente más del plan de mejoramiento educativo.
La Ley General de Educación plantea el proceso educativo como un compromiso de la familia, la escuela, la sociedad y el Estado. Sin embargo, son muchas las familias en las que ambos cónyuges deben trabajar para el sostenimiento del hogar, dejando de lado la atención integral a la familia y, entre ella, principalmente, a los niños estudiantes.
Los docentes no cuentan con espacio para propuestas ágiles, que hagan más eficiente su labor. El mundo moderno ha cambiado la dirección de sus necesidades. Por ello, en otros países, incluso europeos, la educación busca habilitar al estudiante para que haga parte de la actividad económica.
Son muchos los problemas que hablan de la necesidad de que la Escuela Nueva sea realmente nueva, no de nombre, sino en realidad. Es decir, tocaría hablar de Escuela actualizada, como Una Nueva Escuela Nueva, ojalá que este tema se planteé en el foro. Si realmente se quiere que el campesino colombiano sea competitivo en todos los frentes, la educación es la alternativa, pero una educación igualitaria, incluyente, moderna y concebida con sentido de progreso humano. No hay de otra. Hasta la próxima semana.