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Hay alcalde. Ni un paso atrás

Cuando volvimos de vacaciones la ciudad comprueba que “hay Alcalde”. Socarrás asume un costo político con un viril y contundente ejercicio de autoridad de transito: reglar con audacia jurídica el agudo problema de la circulación de la mototaxi. Una decisión legal adoptada en función de policía administrativa para bien de Valledupar y sus gentes. En los días que transcurren se percibe un mejor ambiente en la movilidad.

¿Pero qué fue lo hizo el alcalde? Simplemente cumplir el mandato legal de expedir normas y tomar las medidas necesarias para el mejor ordenamiento del tránsito de las motos por las vías públicas. Nada más y nada menos que cumplir el régimen normativo de asumir funciones de carácter regulatorio y sancionatorio con una acción orientada a la prevención.

Por ejemplo las medidas de no circulación de motos en el centro de la ciudad es un desarrollo fidedigno de que los conductores de moto no “pueden transitar por aquellas vías donde las autoridades competentes lo prohíban”.
Obvio -y nadie discute- que a cada propietario o tenedor de una moto, no se le puede impedir el ‘ius utendi’, es decir, aprovecharse del uso, goce y disfrute de la misma, empero ha de conocer que el derecho de propiedad privada tiene límites constitucionales por motivos de utilidad pública e interés social.

Tampoco puede olvidar un propietario o poseedor de una moto que no puede utilizarla para llevar a cabo una actividad como el transporte público de pasajeros que se encuentra reglamentado por el Estado y es una actividad económica sujeta a un alto grado de intervención estatal. El asunto es de constatación sencilla, esto es, un propietario o tenedor de un vehículo privado, so pretexto de la libertad de empresa, la propiedad privada o de la problemática social del desempleo, no puede destinarlo al transporte público de pasajeros porque está violando la ley.
La motocicleta es un vehículo automotor de dos ruedas en línea, con capacidad para el conductor y el acompañante (no pasajero). Y siempre se observa más de dos y hasta la familia completa compuesta del padre, la madre, el hijo y la hija. Si se les advierte que están violando las normas, nos miran con odio y murmuran palabras vulgares.

Los conductores de moto olímpicamente desconocen normas elementales aplicables a ese tipo de vehículos verbi gratia “los conductores que transiten en grupo lo harán uno detrás de otro” (risas). “Deben respetar las señales, normas de tránsito y límites de velocidad” (más risas). “No deben adelantar a otros vehículos por la derecha o entre vehículos que transiten por sus respectivos carriles. Siempre utilizarán el carril libre a la izquierda del vehículo a sobrepasar (risotadas).

Cuando no hacen (casi siempre) un Pare (detienen sostenido el vehículo) y uno tímidamente cruza las miradas con ellos, le hacen el consabido gesto obsceno de levantar el dedo medio, entrecruzado.
La mayoría de los propietarios de motos, son honrados y amables. Unos pocos desadaptados, alterados e intolerantes. Le mientan la mama a uno, en silencio solo se debe responder: ¡la tuya!

Alcalde Socarras, la ciudadanía vallenata le ha de agradecer por siempre las medidas firmemente tomadas. Ha sido una bendición. No se amilane. Mantenga los pantalones arriba. No podemos ser blandengues. El centro de la ciudad es otro, muy pero muy distinto cuando deambulaban en desorden y muchedumbre las motos. ¡Valledupar de pie respalda y aplaude la regulación admirado Alcalde. “Pa’trás ni para tomar impulso”.

Hugo_Mendoza: