A las orillas de la laguna o embalse del Guájaro se encuentra el municipio de Sabanalarga, Atlántico y en este ente territorial, zona rural, sus habitantes, ciudadanos, manifestaron al unísono la frase con la que identificamos esta columna periodística: “Hasta aquí llegaron los políticos”.
Lamentablemente la situación en referencia se presentó el pasado 13 de marzo, durante la jornada democrática que vivió el país; mientras sufragaba la población, unas personas se pronunciaron violentamente, se presentaron enfrentamientos con la fuerza pública, resultando lesionados y capturados; otros bien documentados, expresaron su descontento a la opinión pidiendo explicación sobre los dineros para esta o aquella obra que según ellos ya debían estar ejecutadas, al parecer los recursos, partidas fueron giradas, más no invertidos.
Preguntamos: ¿Qué se hicieron esos recursos? No intervinieron los entes de control, pero sí aparecieron con bombos y platillos los mismos con las mismas, así lo refirieron, ustedes ya saben quiénes son a prometer más sin haber cumplido y al cuestionarlos por obras inconclusas, pues solo se aparecieron a la ceremonia de poner la primera piedra, la fotografía y de ahí no pasaron; ni se presentaron, tampoco resultados. De esta situación conocieron las misiones observadoras internacionales que permanecieron en el país durante la jornada electoral.
Bien lo dice un refrán popular: “Quien no vive para servir, no sirve para vivir”. Algunos políticos en sus campañas lo ponen en práctica, sirven a sus comunidades donde fueron elegidos y podrán llegar a ellas sin ningún inconveniente, en cualquier momento, otros, luego de ser elegidos no acuden a esos lugares, no se les ve ni en fotografía y los que no salieron elegidos menos. Algo parecido sucedió en el referido municipio.
Preguntamos: ¿Qué es verdad y no a lo que se refieren los políticos en la actualidad? Esa es la pregunta del millón, que muchos queremos respuesta. Hace poco me detuve a ver y leer una caricatura en un prestigioso diario y refiriéndose al tema que tratamos decía: “Pueblo xx que se queja de los mismos… en cuatro años nos vemos de nuevo”. ¿Qué les parece? y en los comentarios que produjo tal caricatura, resalto este: ” Por qué carajos no se le da la oportunidad a otros candidatos, ombe y al otro que se le dio su cuarto de hora… y no la supo aprovechar; además, con ese sueldo que tienen los congresistas salen es arreglados, ya está bueno pueblo”; se agregan unas caritas de dolor y llanto. Aparecieron otras apreciaciones con expresiones de grueso calibre, todos concluyeron que es algo repugnante.
Los congresistas elegidos deben apostar a una visión renovadora que trascienda las diferencias entre las diversas ideologías políticas. Su misión y visión deben estar articuladas hacia un proceso de transformación transparente, diáfano, claro y garantista; también, que aporte al cumplimiento de compromisos sobre la aplicación atenuada de los principios de eficiencia y eficacia. Sus propuestas no deben dormir en el sueño de morfeo; es imprescindible, que se plasmen en la materialización de hechos reales y palpables que coadyuven a la construcción del colectivo social.
La actuación del próximo y futuros congresistas en el contexto legislativo debe avanzar en la misma dirección que exigen los problemas, sirviendo de eco a las quejas e inquietudes de la comunidad, tras la búsqueda de las verdaderas soluciones, no de pañitos de agua tibia.
Por: Jairo Franco Salas